El alcohol es una de las principales causas de los accidentes de tráfico, y se encuentra implicado en entre el 30% y el 50% de los accidentes mortales, según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). Por ello, conducir bajo los efectos del alcohol por encima de los límites legales se considera una infracción grave, con consecuencias severas. Quien comete esta infracción puede enfrentarse a una multa de entre 500 y 1.000 euros y la pérdida de hasta 6 puntos del carné de conducir.
En 2023, la DGT impuso sanciones por infracciones relacionadas con el consumo de alcohol al volante por un valor total de 22,968 millones de euros, según ha informado el Gobierno en respuesta a una pregunta parlamentaria del Grupo Parlamentario Vox en el Congreso. Esta cifra representa una ligera disminución en comparación con los 23,393 millones recaudados el año anterior.
Sin embargo, el Gobierno ha destacado que las sanciones de tráfico no tienen un fin recaudatorio, sino que buscan mejorar la seguridad vial y disuadir conductas de riesgo, y ha recordado a la formación de Santiago Abascal que las sanciones están reguladas por leyes aprobadas por las Cortes Generales, y cualquier modificación en el régimen sancionador debe ser realizada por este órgano legislativo, no por el Ejecutivo.
“No pueden ser objeto de alteración por parte del Ejecutivo, sino que es una atribución que compete a las Cortes Generales. Además, se señala que la finalidad de las sanciones previstas no tiene un propósito recaudatorio, sino un ánimo disciplinario de la circulación vial vinculado fundamentalmente a la seguridad del tráfico y salvaguarda de la vida e integridad física de todos los usuarios de las vías, así como de disuasión a los conductores de una conducta de riesgo para sus vidas y la vida del resto de usuarios de las vías”, ha aclarado.
Principales factores de siniestralidad: conducción distraída, consumo de alcohol y exceso de velocidad
Según el informe del Gobierno, los principales factores de siniestralidad en las vías interurbanas en 2023 fueron la conducción distraída, el consumo de alcohol y el exceso de velocidad. Para abordar estos problemas, en abril se implementó un plan de choque que incluía la incorporación de 150 nuevos agentes a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y la instalación de 95 nuevos puntos de control de velocidad.
Además, se han intensificado los controles preventivos de alcohol y drogas, especialmente en las autopistas y autovías de las comunidades autónomas con mayor incremento de víctimas mortales. Estos controles se realizan tanto con patrullas estáticas como dinámicas, utilizando vehículos no rotulados y enfocándose en los tramos y momentos del día más peligrosos.
Por otro lado, la DGT lleva a cabo anualmente una campaña para reducir el uso de dispositivos electrónicos y teléfonos móviles al volante. Este esfuerzo ha resultado en una disminución de casi siete puntos porcentuales en la presencia de distracciones como factor de siniestralidad mortal en las vías interurbanas, al menos durante el primer semestre de 2024 en comparación con el mismo periodo de 2023, pasando del 33% al 26%.
*Noticia elaborada con información de Europa Press