Al pensar en ciudades de lujo se vienen a la cabeza Mónaco, Zúrich o Saint-Tropez. Zonas en las que ya es costumbre ver coches de alta gama paseándose por las calles y gente vestida de las mejores marcas. Sin embargo, existen otras ciudades que, si bien no pueden competir en cuanta a fama, sí han logrado que sus vecinos vivan de la mejor forma posible.
La ciudad suiza de Bâle, más conocida en España como Basilea, se sitúa en el noroeste del país, muy cerca de las fronteras con Francia y Alemania. Las autoridades de la localidad tomaron una decisión que llamó la atención de todo el mundo. La medida inédita consiste en devolver a sus ciudadanos una parte de los impuestos que ya habían pagado.
Desde las instituciones admiten que hay un superávit histórico en las arcas públicas. El Parlamento de la ciudad, conocido como el Gran Consejo, aprobó recientemente una moción que plantea someter a referéndum un proyecto de ley que permita reembolsar anualmente a los contribuyentes los excedentes fiscales acumulados. Solo en 2023, el remanente superó los 434 marcos suizos (464 millones de euros) tras cubrir con todas las deudas, renovar el equipamiento y fortalecer las áreas clave de la inversión pública, como la educación.
Según se indica en la web de la ciudad, la población no supera los 200.000 habitantes. Pese a que sería una medida positiva para los contribuyentes, la noticia generó un intenso debate político sobre la gestión del exceso de fondos en la ciudad con el Producto Interno Bruto (PIB) más alto por habitante de toda Suiza. Teniendo en cuenta las personas que viven en la zona y el sobrante, supondría un superávit per cápita de, aproximadamente, 2.535 euros
Una cuestión de tiempo
La situación en la localidad lleva repitiéndose desde 2012, y, desde ese momento, el superávit presupuestario ha acumulado 1.200 millones de francos sobrantes (1.280 millones de euros). Esta situación llevó al Gran Consejo a plantear una propuesta arriesgada. En vez de continuar desarrollando una política de reducción de impuestos, se contemplaría la posibilidad de devolver parte de los impuestos ya cobrados.
En 2022, el Gran Consejo anunció que este escenario seguiría repitiéndose y aprobó una disminución de impuestos de 112 millones de francos suizos (120 millones de euros), medida que fue ratificada por los votantes en referéndum. Esta rebaja fiscal entró en vigor el 1 de enero de 2024. Sin embargo, el superávit continuó creciendo y, para 2025, se prevé una nueva reducción de impuestos de 150 millones de francos (160 millones de euros). Esta medida también recibió un amplio apoyo, incluso de los partidos de izquierda, pese a que, inicialmente, mostraron dudas.
Lorenz Amient, miembro del Partido de la Unión Democrática del Centro (UDC) y promotor de la moción, destacó la magnitud del excedente fiscal: “Cualquiera que sepa leer un número con ocho ceros sabe que Bâle-Ville está recibiendo demasiado dinero”. La propuesta ha generado diversas reacciones. Los Verdes Liberales, por ejemplo, han pedido que este reembolso no se limite a los individuos, sino que también se aplique a las empresas, aunque esta idea no ha sido apoyada por la izquierda del país.
Por su parte, el consejero radical-liberal Christian Moesch defendió la creación de una ley que permita el reembolso anual del 80 % de los excedentes, reservando el 20 % restante para la reducción de la deuda pública. Sin embargo, la izquierda alternativa (Verdes) se opuso al principio y argumentó que esos fondos deberían destinarse a proyectos sociales y medioambientales, como la protección del medio ambiente, la salud y la cultura.
La propuesta del Gran Consejo de Bâle ha sido aprobada y ahora se prepara una ley que se someterá a referéndum popular. Si se aprueba, los ciudadanos de Basilea recibirán anualmente una parte significativa de los excedentes fiscales, lo que representa un promedio de 2.535 francos (unos 2.700 euros) por persona al año.