A todos se nos vienen a la mente cuáles son los edificios más altos del mundo. Según la web especializada en viajes, Civitatis, en la clasificación de edificios más altos del mundo, las posiciones de cabeza están ocupadas por el Burj Khalifa (Dúbai) con 828 metros de altura; Merdeka PNB118 en Kuala Lumpur con 679 metros de altura; o la Torre de Shanghái con 632 metros de altura. Muchos de los edificios que aparecen en esta lista actúan como lugares de oficinas, hoteles y restaurantes, a diferencia de algunos monumentos, también altos, que reciben millones de visitantes para poder disfrutar de sus vistas.
Sin embargo, hay una embarcación cuya longitud empequeñece a edificios, mundialmente conocidos por su altura, como la Torre Eiffel de París o el rascacielos de Nueva York llamado Empire State Building.
458 metros de largo
Se trata del buque Seawise Giant, cuyas dimensiones no son compatibles con las de cualquier otro barco. Este rey de los mares fue el barco más largo, grande y pesado que jamás se ha construido. Con 1.504 pies de largo (458 metros) y más de 564.000 toneladas, este navío hace pequeños a los cruceros trasatlánticos más grandes del mundo, los cuales transportan a miles de pasajeros y cuentan con una mini ciudad en su interior para hacer interesante y divertido el trayecto a los viajeros.
Seawise Giant, encargado de transportar multitud de mercancías, navegó durante más de 20 años hasta su desmantelamiento, que requirió el esfuerzo de 18.000 personas. Desde entonces, no se ha construido ninguna embarcación que se haya acercado, lo más mínimo, a su magnitud.
Su travesía se acabó con un bombardeo
La historia de este buque comenzó cuando un empresario griego encargó a una empresa astillera con sede en Tokio, Sumitomo Heavy Industries, la construcción de un superpetrolero. Cuando el barco estaba a punto de ser acabado en 1979, el empresario canceló, inesperadamente, el pedido. Algunos de los rumores que corrían en aquella época sugirieron que el hombre se declaró en quiebra.
Dos años más tarde, el dueño de Orient Overseas Container Line (OOCL) informó a la compañía naval astillera que estaba interesado en adquirir el Seawise Giant, pero con la condición de que debían hacerlo aún más grande. Por tanto, la empresa constructora aceptó el encargó y continuó con la obra, hasta el punto de que, solamente, el timón pesaba 230 toneladas.
El final, momentáneo, del Seawise Giant se produjo a finales de los años 80, en 1988. Durante la guerra entre Irán e Iraq, mientras el barco estaba cargado de crudo iraní y se preparaba para partir hacia la isla de Larak, el enorme navío sufrió un bombardeo iraquí, que causó un incendio y, finalmente, se hundió.
La empresa que lo había comprado rechazó la recuperación de su barco debido a la inviabilidad económica del proyecto. Pero, ese no fue el final del destino del Seawise Giant. Después de que fuese rescatado por una empresa noruega que desembolsó una millonada, el magnate naviero noruego, Jørgen Jahre, se convirtió en su nuevo propietario por 39 millones de dólares, y rebautizó al barco como Jahre Viking.
El último viaje del Seawise Giant tuvo lugar en 2009 y, al año siguiente, 18.000 trabajadores colaboraron en el desmontaje, pieza por pieza, del petrolero. El único elemento reconocible del barco es su ancla —de 36 toneladas de peso—, que permanece expuesta en el Museo Marítimo de Hong Kong.