Bajo los efectos del alcohol se cometen muchos más errores al volante, y la toma de decisiones se vuelve más lenta. Esta sustancia produce alteraciones en el comportamiento y afecta a casi todas las capacidades psicofísicas necesarias para desarrollar una conducción segura, por eso, los controles de alcoholemia son una imagen constante en nuestras carreteras. Le puede tocar a cualquier conductor, a cualquier hora y en cualquier carretera.
Un caso relacionado con un control de alcoholemia ha sacudido Villefranche-sur-Saône, cerca de la ciudad francesa de Lyon, cuando un profesor de autoescuela fue interceptado por la brigada motorizada de la gendarmería francesa mientras acompañaba a su alumno al examen práctico de conducir. Durante el control, los agentes detectaron un fuerte olor a alcohol en el interior del vehículo.
Los hechos ocurrieron el pasado viernes 18 de octubre, como ha relatado la Gendarmería del Ródano en una publicación compartida en Facebook. Al someter a ambos ocupantes del vehículo a las pruebas de alcoholemia, el joven candidato dio negativo, pero el profesor arrojó un resultado positivo con una tasa de 0,58 mg/l de aire espirado, un nivel que vulnera las normas vigentes del Código de Circulación de Francia, especialmente para los vehículos regulados como los de autoescuela. Ante esta situación, los gendarmes trasladaron al instructor a la brigada motorizada para iniciar las diligencias correspondientes.
Según las autoridades, este tipo de incidentes representa un riesgo elevado, ya que el profesor de autoescuela tiene la obligación de garantizar la seguridad del alumno en todo momento, pudiendo intervenir con el doble sistema de pedales o tomando el control del volante si fuera necesario.
El profesor de autoescuela ha perdido su autorización para ejercer
Como aseguraron las autoridades en la publicación, la conducta irresponsable del instructor derivó en varias sanciones. Su permiso de conducir quedó suspendido por un periodo de cuatro meses, se le retiraron seis puntos de carnet y perdió la autorización prefectural que lo habilitaba para ejercer como profesor de autoescuela. Además, deberá comparecer ante un tribunal en una fecha próxima para responder por los hechos.
Sin embargo, pese a que el instructor se enfrentaba a las autoridades por su conducta, el joven logró completar su examen de conducir con éxito, obteniendo su permiso de conducir ese mismo día. “La única satisfacción en este caso es que el candidato aprobó el examen, un momento que sin duda quedará marcado en su memoria”, expresó la gendarmería.
El caso ha generado un debate sobre las responsabilidades de los profesionales al mando de vehículos que requieren estándares especiales de control, como taxis, ambulancias o autoescuelas. La gendarmería subrayó la importancia de estos controles para garantizar la seguridad en las carreteras y proteger tanto a los conductores como a terceros.
Este incidente pone en evidencia la necesidad de reforzar las medidas de control y formación en los sectores regulados, donde las responsabilidades no solo recaen en la enseñanza, sino también en garantizar que los instructores cumplan estrictamente con las normas. La confianza depositada en estos profesionales debe ir acompañada de un compromiso total con la seguridad y el cumplimiento de la ley.