Los miembros de seguridad de los Reyes confiesan lo “difícil” que fue la visita a Paiporta: uno acabó con una brecha en la cara

Los encargados de proteger a la familia real en su viaje a Valencia han contado cómo vivieron la primera visita a uno de los pueblos más afectados por la DANA

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Los Reyes y su equipo
Los Reyes y su equipo de seguridad en su visita a Chiva tres semanas después de la DANA. (Carlos Luján/Europa Press)

Muchos eran los que estaban atentos al regreso de los Reyes Felipe VI y Letizia a las zonas afectadas por la DANA en Valencia. Se han cumplido ya tres semanas desde que las fuertes lluvias y riadas produjesen una catástrofe natural en varias localidades de la Comunidad Valenciana. La desolación y desesperación de los damnificados continúa en la zona cero y ya se han contabilizado 220 fallecidos.

Este martes, 19 de noviembre, la familia real acudió de nuevo a Valencia, algo precavida después de la tensa situación que se vivió en su primera visita a Paiporta. Abucheos, gritos y lanzamiento de objetos fueron varias de las cosas a las que los monarcas y su cuerpo de seguridad tuvieron que enfrentarse. Ahora, varias semanas después, han vuelto y su recibimiento ha sido mucho mejor que el primero.

Parece que a veces no hay que llegar a tres para que las cosas funcionen. Esta vez, la segunda reunión de los reales con los ciudadanos de Chiva y Utiel, en Valencia, y Letur, en Albacete, ha sido mucho más tranquila, por lo que los miembros del cuerpo de seguridad han estado también menos expuestos al peligro.

Los vigilantes hablan sobre lo sucedido

Según la información que ofrece Monarquía Confidencial, gracias a fuentes cercanas al Palacio de la Zarzuela se sabe cómo vivieron la situación los encargados de mantener seguros a los reyes de España. “La primera vez lo pasamos francamente mal, fue una situación difícil de controlar y gestionar. Por eso, esta vez no podíamos permitirnos fallos”, ha comentado una de estas personas.

Los reyes Felipe VI y Letizia y la comitiva de autoridades que les acompañaban este domingo en su visita a Paiporta (Valencia), la considerada 'zona cero' de la DANA en la provincia, han sido recibidos con gritos e insultos y con lanzamiento de objetos y barro durante su recorrido por las calles de la localidad. (Fuente: FORTA)

Con este reportaje, se ha querido mostrar el esfuerzo y dedicación que hay detrás de su trabajo, y la calma que han vivido en Chiva, donde han sido recibidos al grito de “Viva el Rey” y “Viva Letizia”, además de abrazos, cogidas de manos y otros gestos cariñosos.

“Ha sido totalmente diferente. Antes de que llegaran la gente le decía a la seguridad que esto no iba a ser Paiporta, que no se preocuparan que el pueblo les iba a recibir con cariño”, decía otra fuente a la revista Semana. “El pueblo está bastante limpio, ya con muchas señales de catástrofe, pero bastante organizado todo”, contaban también los entrevistados.

Una difícil situación

Han sido 16 días de diferencia entre el primer y el segundo viaje de los reyes a la Comunidad Valenciana. En la primera se pudo ver cómo tanto los padres de la princesa de Asturias como los encargados de velar por su seguridad eran recibidos con barro y otros objetos. Lo que ya era una tragedia por la situación meteorológica, se volvió aún más cuando una piedra alcanzó la cara de uno de los vigilantes.

El Rey Felipe VI durante
El Rey Felipe VI durante su visita a Paiporta. Fotografía de archivo. (Rober Solsona/Europa Press)

Además, no solo fueron heridas externas, sino que también se pudo ver a una reina muy afectada con lo que estaba contemplando. Su rostro estaba desencajado, con restos de barro en la cara, procedentes del lodo que arrojaban los ciudadanos, y hecha un mar de lágrimas ante la escucha de varios testimonios.

El rey, en cambio, intentaba que sus vigilantes no le tapasen con el paraguas que estos portaban, tratando así de poder escuchar las peticiones de los damnificados. Finalmente, este último viaje ha sido mucho más fácil y los reyes han podido escuchar y conversar con los allí presentes sin necesidad de que sus vigilantes ejercieran grandes esfuerzos de protección.

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