En una época en la que las redes sociales se han vuelto un imprescindible en la vida de muchos, ya no basta con ser el mejor en tu disciplina, sino que también tienes que convertirte en un personaje público. Los detalles personales de los deportistas han dejado de ocupar un segundo plano y han ganado tanto peso que los han transformado en influencers. No obstante, no todos han querido jugar a ese juego.
David Ferrer, capitán del equipo español en la Copa Davis, ha vuelto a llenar los titulares como cuando era él quien empuñaba la raqueta en la pista. El valenciano, pese a que no logró que España pasara de ronda, emocionó a todo el mundo al salir, junto al resto de tenistas, con una bandera de su tierra homenajeando a los afectados por la DANA. Tras su retirada, la vida del exdeportista dio un giro radical: pasó de ser uno de los tenistas más reconocidos a nivel nacional a convertirse en un simple padre de familia.
Su mujer Marta Tornel y su hijo Leo son los grandes pilares de Ferrer. Ella siempre ha tratado de estar alejada del mundo de los medios. Las parejas de los deportistas, sobre todo de los futbolistas, han acostumbrado a sus seguidores a mostrar cada detalle de su vida a través de las redes sociales. Tanto es así que se han llegado a ganar hasta un acrónimo: WAGs (wifes and girlfriends, mujeres y novias en español). Tornel no es así. Nacida en Barcelona, es óptico optometrista y dirige una clínica, fundada por su padre, ubicada en la localidad de Benifaió (Valencia).
“Gracias a mi mujer, porque gracias a ti, he tenido los mejores años de mi carrera y por el sacrificio que has hecho por mí. Y en los momentos de derrota, poder aguantarme. Ya no voy a jugar al tenis, no voy a viajar solo, espero poder darte un uno por cien como padre y marido de lo que tú me has dado”, fueron las palabras que le dedicó el tenista a su mujer en su retirada.
Su relación comenzó a finales de 2008 gracias al entrenador de Ferrer, Javier Piles. La mujer del preparador tenía una gran amistad con Marta, y decidió presentársela. En noviembre de 2015, tras siete años de relación, contrajeron matrimonio en Valencia. Fue una boda civil a la que asistieron cerca de 200 invitados, según publicó el diario Javea.com, y que fue oficiada por el alcalde de Jávea, ciudad natal del tenista.
Su faceta como padre
El 4 de mayo de 2018 nació Leo, el primer hijo del matrimonio. El valenciano dio la noticia a través de una publicación en Instagram en la que aparecía él junto al bebé y la frase “día muy especial” en el pie de la foto. Desde ese momento, el extenista ha compartido varias imágenes del pequeño en las que se le veía compaginando su vida en las pistas con su nuevo papel de padre.
Ferrer se retiró a los 37 años, en 2019. La paternidad fue una de las razones que inclinaron la decisión de decir adiós definitivamente. La vida del deportista de élite implica realizar muchos viajes a lo largo del año, entrenar durante horas y, en definitiva, pasar poco por casa. Después de 1.111 partidos, 734 victorias y tres Copas Davis, el valenciano dio un paso al lado y abandonó las pistas para sentarse en los banquillos.
Sus negocios después del tenis
A diferencia de otras profesiones, los deportistas de élite saben que su carrera tiene una fecha de caducidad demasiado rápida. Pese a que con los avances en medicina y nutrición se ha logrado extender unos años su permanencia, no son eternos. Por ello, David Ferrer tuvo que encontrar una nueva ocupación tras colgar la raqueta.
“Viví el tenis con mucha intensidad, y cuando decidí que ya no iba a jugar más era porque ya no tenía esa intensidad. Quise acabar de una manera correcta, con un buen nivel, y me quedé a gusto en ese sentido”, confesó Ferrer tras su marcha. Pese a su marcha, nunca se desvinculó del tenis.
Trató de domar, aunque sin mucho éxito, a Alexander Zverev, que también trabajó con los españoles Juan Carlos Ferrero y Sergi Bruguera. A diferencia de con ellos, Ferrer supo manejar bien al alemán. “Ha sido mi mejor entrenador. Podíamos hablar durante horas y ver partidos”, compartió Zverev en 2021. La pandemia hizo que separaran sus caminos, ya que el valenciano no quería alejarse de su familia. Luego, Ferrer cogió el relevo de su excompañero de la Copa Davis Albert Costa como nuevo director del Torneo Conde de Godó.
Más recientemente, se le ha podido ver como capitán del equipo español en la Copa Davis. En marzo fue nombrado seleccionador en sustitución de Sergio Bruguera. Pese a que España lleva desde 2019 sin ganar una Ensaladera, el nombre que recibe el trofeo de la competición, el papel de Ferrer sigue siendo indispensable.