España se encuentra entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con mayor incremento de la carga fiscal entre 2010 y 2023. Durante este período, el peso de los impuestos y las cotizaciones sociales aumentó en 6,05 puntos del Producto Interior Bruto (PIB), situándose en un 37,3% en 2023, por encima de la media de la organización de economías avanzadas, que es del 33,9 %. El pasado año, en España se redujeron tres décimas cuando en el conjunto de la organización cayó una décima.
Este incremento coloca a España en la quinta posición entre los países de la OCDE donde más creció la carga fiscal en los últimos 13 años. Tan solo fue superada por Japón (8,2 puntos), Eslovaquia (7,6), Grecia (7,5) y Corea del Sur (6,5), según detalla el último informe anual de recaudación fiscal de la OCDE ‘Revenue Statistics 2024′, publicado recientemente. En cuanto a los países donde la carga fiscal era más elevada en 2023, destacan Francia por segundo año consecutivo (43,8 %), Dinamarca (43,4 %), Italia (42,8 %), Austria (42,7 %), Bélgica (42,6 %) y Finlandia (42,4 %).
Claves de la evolución fiscal en España
En 2010, tras la crisis financiera global, la fiscalidad en España representaba un 31,3 % del PIB, notablemente inferior al 36,4 % que había alcanzado en 2007, antes del estallido de la crisis. Este crecimiento constante en la recaudación tributaria refleja no solo cambios legislativos, sino también un esfuerzo por incrementar los ingresos públicos para afrontar desafíos como la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social y el gasto en servicios públicos.
El punto más alto se registró en 2021, cuando la carga fiscal llegó al 37,8 % del PIB, impulsada por los efectos de la crisis del COVID-19, que redujo el PIB y elevó automáticamente el peso relativo de los impuestos. Desde entonces, ha experimentado ligeros descensos, como el del año pasado, cuando bajó tres décimas, mientras que en el conjunto de la OCDE cayó una décima.
La composición de la fiscalidad española se asemeja a la de la mayoría de los países europeos, en los que las cotizaciones sociales representan el mayor porcentaje. En 2023, las contribuciones a la Seguridad Social en España equivalían al 12,9% del PIB, un dato por debajo del 14,7 % de Alemania o el 14,6 % de Francia, pero muy superior al 6,1% de Estados Unidos o el 6,7% del Reino Unido. Los impuestos sobre la renta y beneficios constituyen la segunda mayor partida, representando el 12 % del PIB, mientras que las tasas sobre bienes y servicios aportan un 10 %.
Uno de los aspectos que destaca el informe es el bajo peso del impuesto de sociedades en España, que en 2022 apenas representaba el 2,7% del PIB, frente al 3,9% de media en la OCDE. En países como Australia (6,4%), Chile (5,6%) y Corea del Sur (5,4%), esta carga es significativamente mayor.Por otro lado, Noruega lidera con un 18,4 %, gracias a la fuerte tributación de las actividades relacionadas con sus recursos naturales.