El lado más personal de Irene Montero: de sus orígenes de clase trabajadora a su vida como madre de una familia numerosa

Irene Montero, una de las figuras más reconocidas de la política española, comenzó su activismo político durante las movilizaciones del 15M, que marcaron un antes y un después en la política contemporánea del país. En 2014 se unió a Podemos, partido en el que ocupó importantes puestos, como el de portavoz parlamentaria o el de ministra de Igualdad en el Gobierno de coalición.

Tras dejar el Ministerio en 2023, Montero se trasladó al ámbito europeo tras ser elegida eurodiputada en las elecciones de junio de 2024. Aunque ya no forma parte del Ejecutivo, mantiene una fuerte presencia en medios y redes sociales, consolidándose como uno de los rostros más populares del panorama político español. Su trayectoria sigue generando interés, no solo por sus aportaciones políticas, sino también por su faceta personal. De este modo, cada vez son más los que quieren conocer la faceta más desconocida de la exministra.

Irene Montero nació el 13 de febrero de 1988 en Madrid, en el seno de una familia de clase trabajadora del barrio de Moratalaz. Su padre trabajaba como mozo de mudanza y su madre es profesora de educación infantil. “Llegaste demasiado temprano a una muerte que no era la tuya”, estas fueron las palabras que eligió la política para despedirse de su padre en redes sociales. Fue en el año 2018 cuando Clemente Montero falleció a causa de una larga enfermedad.

Durante su infancia, la política destacó por su buen desempeño académico y su interés por el activismo social. Su formación la llevó a cursar Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid, donde comenzó a involucrarse en movimientos estudiantiles y causas sociales que marcaron los inicios de su trayectoria política.

La conexión con su entorno familiar y sus raíces en un barrio popular de Madrid han sido elementos clave en su discurso, que a menudo refleja las preocupaciones de las clases trabajadoras y la defensa de los derechos sociales.

Irene Montero coincidió con Pablo Iglesias en el núcleo duro de la formación morada. Su relación se consolidó mientras lideraban el proyecto político y enfrentaban juntos las críticas y desafíos propios de su exposición pública.

En 2018, su vida personal tomó protagonismo cuando anunciaron que esperaban gemelos, quienes nacieron de manera prematura ese mismo año, lo que llevó a Montero a compaginar su rol de madre con sus responsabilidades como ministra de Igualdad en el Gobierno de coalición. En 2019, la familia creció con el nacimiento de su tercera hija. Así, Aitana se sumó a los hermanos Leo y Manuel.

Irene Montero ha hablado en varias ocasiones sobre los retos de combinar la maternidad con la política, especialmente en un contexto de alta exigencia y visibilidad pública. Su experiencia le ha permitido visibilizar debates sobre conciliación, derechos de las madres trabajadoras y la necesidad de políticas públicas que faciliten el cuidado de las familias. Montero e Iglesias, junto con sus tres hijos, residen en una vivienda en Galapagar, un lugar que simboliza su equilibrio entre lo personal y lo político.