El Gobierno afronta este jueves uno de los días más importantes de la legislatura. Ante la continua patada hacia adelante a la aprobación de unas nuevas cuentas públicas, la reforma fiscal se sitúa como uno de los hitos más relevantes para el Ejecutivo. Más allá de su valor político, cuya aprobación permite a Pedro Sánchez salvar los muebles, el paquete fiscal que incluye el impuesto a las energéticas es imprescindible para el desembolso de más de 7.000 millones de euros de los fondos europeos Next Generation.
Por otro lado, también está en el aire la transposición de la directiva sobre el impuesto mínimo del 15% a las grandes multinacionales, ya que el Gobierno incluyó sus cambios tributarios en esta ley. De no recibir luz verde, España se arriesga además a perder alrededor de 2.600 millones en ingresos por el impuesto y se expone a una multa de 5.000 millones de Europa, ya que su aplicación es obligatoria.
El proyecto del Ejecutivo, que superó el examen a duras penas el pasado lunes en la Comisión de Hacienda, no cuenta todavía con el sí de Podemos. Los de Ione Belarra, que no estaban representados en la comisión parlamentaria, fiaron su apoyo a prorrogar el impuesto a las energéticas. Este gravamen se había quedado fuera de la reforma fiscal tras el acuerdo entre el PSOE, Junts y PNV.
Aunque el Gobierno finalmente se comprometió a extenderlo un año más para amarrar in extremis el apoyo de ERC, EH Bildu y BNG tras la votación, Hacienda aclaró que “mantiene su acuerdo con Junts para no gravar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización”. Esta cuestión elevó el precio para que Podemos permita la reforma fiscal: un compromiso de que Junts y PNV avalarán el futuro real decreto ley con el impuesto energético, ya que sin sus votos, no podría convalidarse.
“El PSOE está intentando hacernos tragar un acuerdo con las derechas para eliminar el impuesto a las energéticas, en el momento en que es más necesario. No sirve de nada ir a la COP29 a decir que el cambio climático mata y ahora hacer esto”, advirtió en la noche de este miércoles Ione Belarra en un mensaje en X.
Hacienda contempla la abstención de Podemos
No obstante, el Gobierno ha acercado posturas en las últimas horas con la formación morada, según señalan fuentes del PSOE. Aparte de los contactos, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y la secretaria general del partido morado, Ione Belarra, mantuvieron este miércoles una reunión. En Hacienda son optimistas y dan casi por sentado el apoyo de Podemos, al menos mediante una abstención.
Los de Ione Belarra mantienen su discreción, pero este “silencio administrativo” decretado, según señalan fuentes de la negociación, apunta en la dirección del acuerdo. Voces de la coalición de Yolanda Díaz afirman además que todavía hay margen para encontrar una fórmula que concite el apoyo de Podemos y Junts al impuesto a las energéticas, ya que se hará más adelante mediante un real decreto-ley. Todos estos detalles crean un caldo de cultivo que permite al Gobierno encarar la votación con optimismo.
Sin embargo, a tenor de las palabras de la número dos de Podemos, Irene Montero, el partido morado sigue sin fiarse del compromiso del PSOE para prorrogar el impuesto a las energéticas, tal como firmó con ERC, EH Bildu y BNG. “Ahora mismo, no hay votos ni para aprobarlo ni para quitarlo”, señaló en la Cadena Ser para instar al PSOE a convencer a Junts a que avale la prórroga de este gravamen. No obstante, evitó ponerse en el escenario de que los cuatro diputados de Podemos voten en contra este jueves. “Esperamos que las cosas estén como el PSOE ha firmado con ERC y EH Bildu”, remató.
El Partido Socialista hoy ha reconocido que el pacto que ha firmado con ERC y EH Bildu es mentira. No entendemos por qué tenemos que aceptar lo que digan Junts y PNV, que es lo que dicen las grandes empresas energéticas de este país.
— Podemos (@PODEMOS) November 20, 2024
🎥 @IreneMontero en Hora25 pic.twitter.com/ypyQR2jc43
Más allá de perfilar el nuevo impuesto a las energéticas, el Gobierno aspira a incluir en la votación de este jueves la prórroga del impuesto a la banca, que quedó fuera de la reforma fiscal en la votación del pasado lunes. Según los grupos, este impuesto permitirá recaudar 1.600 millones, unos ingresos que serán dirigidos a las Comunidades Autónomas y concertados con las haciendas forales de la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra.
En el marco de la reforma fiscal que está pendiente de aprobarse este jueves, la Cámara Baja acordó incluir la subida de dos puntos el IRPF para las rentas del ahorro superiores a 300.000 euros (del 28% al 30%), introducir rebajas fiscales a pymes y micropymes, la deducción especial por recapitalizaciones, la subida de la fiscalidad asociada al tabaco (incluye un nuevo impuesto a los vapeadores), así como las medidas para poner freno al fraude del IVA en el sector de los hidrocarburos.
También, la comisión de Hacienda dio luz verde a bajar el impuesto de sociedades a las cooperativas y empresas que facturan menos de un millón de euros, mejorar la tributación de las actividades artísticas y una bonificación de las cuotas a la Seguridad Social para los clubes y asociaciones deportivas sin ánimo de lucro.