El turismo médico es cada vez más frecuente. Para muchas personas, viajar al extranjero es la única posibilidad que se tiene para poder permitirse una intervención quirúrgica. Sin embargo, lo barato puede salir caro: se debe tener mucho cuidado y realizar una investigación en profundidad antes de acceder a someterse a un tratamiento, tanto de los centros médicos como de los supuestos profesionales, por evitarse desgracias como viajar a Estambul para hacerse un transplante de barba y que salga catastróficamente mal porque el cirujano sea, en realidad, agente inmobiliario.
Algo así le sucedió Simone Delvecchio, un hombre italiano de 37 años que acudió a un “centro médico” en Albania para un tratamiento dental. La operación en cuestión consistía en la extracción de 20 dientes y la inserción simultánea de implantes: una intervención compleja y delicada que sólo debería realizar un profesional con la preparación adecuada. Según Il Messaggero, Simone comenzó a sentirse gravemente enfermo inmediatamente después de su operación, realizada el 13 de marzo, y sufrió cuatro paros cardíacos. Según Anna, su madre, “Simone se encontraba deshidratado después de la operación y se desplomó al ir a por una botella de agua” provocando que tuviese que ser hospitalizado. Ocho meses más tarde, sigue ingresado en Casa Sollievo della Sofferenza, un hospital privado de investigación científica.
“Todo costó 10.000 euros”: el motivo de Simone para tomar su decisión
De acuerdo con las declaraciones de su familia, Simone estaba convencido de era una oportunidad que no podía dejar pasar, atraído por el bajo precio por el cual la clínica albanesa ofrecía la intervención. Según cuenta su madre, “en Italia habríamos pagado alrededor de veinte mil euros en un año, diez mil cada seis meses además de los tratamientos que anualmente tendríamos que haber realizado. En Albania, en la clínica de Tirana, todo costó 10 mil euros”. Es comprensible, entonces, la decisión del joven italiano, aunque a la hora de someterse a procedimientos quirúrgicos lo más recomendable es no confiar en lo barato, aunque tampoco haga falta ir a lo más caro.
Su madre lo recuerda de forma traumática, contando como “él (Simone) entró en la sala de operaciones y yo esperé afuera. Pasan ante mí los fotogramas de aquel día maldito: su sonrisa antes de entrar, el ir y venir de los médicos, el tiempo que parecía no acabar nunca, sus gritos de dolor”. No podía imaginar la odisea a la que se iba a enfrentar durante los meses siguientes, viendo a su propio hijo sufrir y debilitarse con el tiempo. “Ya no es él. Ha perdido 30 kilos” cuenta Anna, y es que su estado de salud sigue siendo débil. Aunque se espera que se acabe por recuperar, lo que está claro es que no será pronto.
Esta situación no ha pasado desapercibida. Al contrario, es tal la atención que ha recibido que Daniele Puzzilli, también conocido como el “dentista VIP”, un experto en odontología italiano, ha ofrecido su ayuda gratuita a Simone en un vídeo recientemente publicado en su cuenta de Instagram, en el que, además, advierte sobre los riesgos de “ahorrar en salud”: “Ir a hacerse un tratamiento dental en Albania o Croacia, pero también en muchos centros de bajo coste (y por tanto de bajo nivel) en Italia, puede provocar daños inimaginables y, a menudo, incluso poner en riesgo la vida”.