El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha ratificado el despido de Manuel, un vigilante de seguridad que fue desvinculado de su empleo en la empresa Sicor Seguridad El Corte Inglés tras presentarse en su lugar de trabajo bajo los efectos del alcohol, insultar a sus compañeros y verse implicado en un operativo policial.
El caso, que se remontaba al 21 de septiembre de 2021, comenzó cuando Manuel inició su jornada laboral en el centro Arroyosur. Durante su patrullaje, el responsable de equipo, identificado como Ovidio, observó a través de las cámaras de seguridad que el vigilante conducía de forma errática y que presentaba signos evidentes de embriaguez, como tambaleos al caminar y dificultades para hablar. Pese a ser advertido por el responsable de no continuar conduciendo, Manuel ignoró las instrucciones.
Ante esta situación, Ovidio se comunicó con el inspector de servicios, que junto con el coordinador se trasladó al centro para abordar el incidente. Encontraron a Manuel conduciendo el vehículo de la empresa y, tras darle el alto, observaron que su estado de embriaguez se confirmaba con una actitud errática y problemas al hablar. Manuel negó haber consumido alcohol o medicamentos cuando fue cuestionado por los superiores. La situación escaló y Manuel insistió en llamar a la policía, descalificando verbalmente a Ovidio de forma agresiva.
La Policía Local de Leganés acudió al sitio, y tras realizar una prueba de alcoholemia, Manuel registró una elevada tasa de alcohol. Aunque la policía inicialmente no intervino al no verlo conduciendo, Manuel finalmente se marchó del lugar conduciendo su vehículo personal, provocando que Ovidio notificara de nuevo a las autoridades, quienes levantaron un atestado por presunta conducción bajo los efectos del alcohol.
La empresa de seguridad de El Corte Inglés, tras un procedimiento interno decidió su despido disciplinario por faltas consideradas graves y muy graves según su convenio colectivo, que incluía reincidencias y comportamiento imprudente en el servicio.
El vigilante presentó un recurso de suplicación, que ha sido desestimado
A pesar de que el vigilante presentó un recurso de suplicación contra esta decisión, argumentando defectos en la prueba de alcoholemia y cuestionando la proporcionalidad de la sanción, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid consideró que la conducta del trabajador, documentada tanto mediante testigos como por pruebas suministradas durante el juicio, justificaba suficientemente el despido. El tribunal destacó que, además de poner en riesgo su seguridad y la de otros al no estar en condiciones de conducir, Manuel desobedeció órdenes directas y mostró una falta de respeto hacia sus superiores.
La sentencia reafirma la aplicación estricta de las normativas laborales respecto a la conducta bajo influencia de sustancias y la relación de fidelidad entre empleado y empleador, especialmente en sectores donde la seguridad y la responsabilidad son cruciales. El tribunal enfatizó que la sanción impuesta fue acorde a los hechos probados y declaró improcedente revisar la valoración de las pruebas presentada por la magistrada de instancia, encontrando irrelevantes las alegaciones del trabajador.
Este fallo subraya la importancia de la correcta aplicación de los procedimientos disciplinarios en las empresas de seguridad y en otros sectores donde el estado de sobriedad y el profesionalismo no son solo esperados, sino obligatorios para el adecuado cumplimiento de funciones que pueden afectar la seguridad pública.