A lo largo de sus 20 años como presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos-ATA, Lorenzo Amor ha sido testigo y ha impulsado mejoras en un colectivo formado por más de 3.300.000 personas. Estos avances les han llevado a conseguir prácticamente los mismos derechos que tienen los asalariados. Reconoce que España es uno de los países que “más derechos da al autónomo”. No obstante, considera que aún hay frentes por los que luchar como un subsidio para los mayores de 52 años, el IVA franquiciado para los nuevos emprendedores y una solución al sistema de módulos. Cree que, a pesar de que los autónomos generan el 30% del empleo en España y una aportación al PIB del 18%, “los gobiernos, sean del signo que sean, tratan a los autónomos como ciudadanos de segunda”.
Pregunta: Desde que 2004 fue nombrado presidente de ATA, ¿cuáles han sido los principales logros del colectivo de autónomos en estos 20 años?
Respuesta: El colectivo de autónomos ha experimentado un gran cambio desde 2004 hasta ahora. En estos 20 años ha mejorado mucho la regulación. Tenemos un Estatuto del Trabajo Autónomo que recoge un marco regulador con un catálogo de derechos y obligaciones. Pero lo que más ha mejorado ha sido la protección social. Ahora un autónomo cobra baja desde el cuarto día en lugar desde el 16 como ocurría antes. Tiene acceso a enfermedad profesional, accidentes de trabajo, a la jubilación anticipada, a la incapacidad permanente total cualificada. Ahora una mujer autónoma tiene los mismos derechos que una asalariada, existe una cuota reducida para los nuevos autónomos y una prestación de paro que en la pandemia cobró el 50% de los autónomos. También hemos conseguido poner a los autónomos en el centro del debate político, económico y social. Todo ello significa que se ha alcanzado la plena convergencia de la acción protectora entre un autónomo y un asalariado. Solo hay algunos aspectos que nos diferencian, como la jubilación parcial, porque los autónomos no cotizan a tiempo parcial, tampoco se cubre la laguna de cotización ni existe el subsidio para mayores de 52 años. Digamos, esos son los tres aspectos que nos diferencian. En cuanto a los demás tenemos los mismos derechos.
P.: A pesar de ello, existe una creencia muy extendida de que no tienen los mismos derechos los trabajadores por cuenta propia que los asalariados.
R.: Sí. Es verdad que parece que no tenemos los mismos derechos porque los autónomos cobran menos que un asalariado en cualquier prestación, pero cobra menos de media porque cotiza un 40% menos. Por tanto, a la hora de cobrar una maternidad, una baja por enfermedad, una jubilación o cualquier otra prestación de media recibe un 40% menos que un trabajador por cuenta ajena.
P.: ¿La lucha en estos 20 años ha sido dura? ¿Qué cosas quedan pendientes de conseguir?
R.: He negociado con gobiernos de muchos signos políticos y es verdad que algunas cosas han costado más que otras, pero los frutos están ahí. No obstante, todavía en muchos aspectos, los autónomos siguen siendo ciudadanos de segunda. Por ejemplo, no es lógico que un autónomo con 52 años que haya agotado su prestación por cese de actividad no tenga el mismo derecho que un asalariado en tener acceso al subsidio para mayores de 52 años. Esto es inconcebible. Tampoco es lógico que en estos momentos autónomos que por diferentes motivos a lo largo de su vida laboral se hayan visto obligados a darse de baja y, por tanto, tengan lagunas de cotización no las tengan cubiertas. Los gobiernos sean del signo que sean tratan a los autónomos como ciudadanos de segunda.
P.: El Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea, la OCDE colocan a España como uno de los países con mayor crecimiento de la UE. ¿Cómo afecta este buen momento de nuestra economía a los autónomos? ¿Se ve reflejado en el resultado de sus negocios?
R.: Es importante que España esté liderando el crecimiento. No lo voy a negar y ahí están los datos. Ahora bien, lo que estamos viendo es que gran parte de ese crecimiento se debe al gasto público y al consumo público, y eso me preocupa porque hay que pagarlo. A partir de ahí, existe una mejora del consumo y de la actividad y los autónomos lo notan. Hay datos objetivos que señalan que los rendimientos netos medios declarados por los autónomos han aumentado en los últimos tres años por encima de la inflación. Y eso es importante. Hoy nos encontramos con que un 33% de los autónomos va muy bien, un 33% se mantiene y otro tercio vive una situación compleja. Pero esto es algo que siempre ha pasado y en momentos de crecimiento también ocurre.
P.: ¿Cómo valora la inversión extranjera en España?
R.: Nos preocupa porque la vemos frenada en los últimos tiempos. Aquí hago un llamamiento a todas las administraciones porque la seguridad jurídica es fundamental. Estamos en un momento en que no sabemos cuál es la política fiscal que vamos a tener el año que viene y eso es malo para quien desea invertir. Las normas se cambian de un año para otro y eso no genera seguridad jurídica, que es lo que necesita cualquier autónomo o cualquier empresario.
P.: ¿Qué suponen los trabajadores autónomos para la economía de nuestro país en PIB, empleo…?
R.: Representamos prácticamente el 18% de la población activa y generamos el 30% del empleo y una aportación al PIB que está en torno al 17% y el 18%.
P.: ¿Esas aportaciones se ven reflejadas en el reconocimiento de los distintos gobiernos al colectivo autónomo?
R.: Los autónomos somos un colectivo muy importante a la hora de votar y, a veces, muchos gobiernos se acuerdan de nosotros solo cuando llegan las elecciones, no antes. En algunos momentos somos los grandes olvidados. Ahora, por ejemplo, estamos reclamando que hay autónomos en Valencia afectados por la DANA que han quedado fuera de las ayudas y llevamos diciéndoselo al Gobierno desde hace semanas. Los autónomos a los que les pilló la riada trabajando en la zona sin tener sede social ni domicilio fiscal allí, desde electricistas a montadores, taxistas, camioneros, repartidores…, han quedado fuera de las ayudas directas. Pero también han dejado fuera, según publica el BOE, a todos aquellos que no hayan hecho declaración de renta o empresas que no hayan hecho impuesto de sociedades en 2023. Más grave me parece todavía que a los nuevos autónomos en tarifa plana o a las madres autónomas que se incorporan tras la maternidad, que también tienen una tarifa plana, a día de hoy están fuera del cese de actividad. Espero que el Consejo de Ministros lo pueda solucionar, pero estamos dejando a miles de autónomos fuera de las ayudas. Esto es lo que a uno le hierve la sangre, que no tengan en cuenta estas cosas, y no será porque no lo hemos advertido.
P.: ¿Cuáles son las principales trabas y problemas que tienen que afrontar los trabajadores por cuenta propia en España para impulsar sus negocios?
R.: El gran problema que tiene un autónomo en estos momentos es que tiene prácticamente las mismas obligaciones, los mismos trámites, las mismas trabas que tiene una gran empresa. Es verdad que en algunos aspectos las grandes empresas tienen que cumplir además otra obligación. España es el país con más trámites que afrontar y más trabas que soportar para ser autónomo. Tenemos un sistema fiscal que castiga a los autónomos. Somos uno de los países donde se pagan las cotizaciones más elevadas por mantener un empleo y a esto se añade la inseguridad jurídica y la poca calidad en las normas que generan incertidumbre. Y no quiero olvidar el terrible daño que se está haciendo a los autónomos empresarios debido a que está mal visto que ganen dinero o que triunfen.
P.: ¿Está mal visto?
R.: Sí. Basta con entrar en las redes sociales y ver manifestaciones de algún dirigente público y político para darse cuenta que en estos momentos hay inquina hacia todo empresario que triunfa.
P.: ¿A qué se debe esa inquina?
R.: No lo sé. No lo entiendo. Pero eso hace un daño terrible porque lo que necesitamos en España son jóvenes empresarios, jóvenes emprendedores, ya que de ello va a depender el trabajo del futuro. Ahora un joven tiene como ídolos a futbolistas, cantantes… En mi época había empresarios a los que uno los tenía como ídolos, como referentes, pero en estos momentos se está demonizando a los empresarios que hay en nuestro país y eso es un daño terrible a esa juventud empresaria o emprendedora. Otro de los aspectos que creo que hay que corregir es el tema de la segunda oportunidad. Aquí se dan muchas facilidades al inicio de la actividad, se pone la alfombra roja, pero se estigmatiza el fracaso y se deja en la cuneta a la gente que fracasa. Es ilógico que en estos momentos un autónomo que fracase tenga deudas con Hacienda y con la Seguridad Social de por vida y no se le permita volver a iniciar esa actividad. Eso solo pasa en España.
P.: Pues a pesar de todo eso sigue aumentando el número de autónomos en nuestro país.
R.: Es verdad que el número de autónomos se está incrementando en España, pero en siete comunidades autónomas, mientras que en diez se están perdiendo. Las comunidades en las que más crece el número son muy turísticas, por tanto ese incremento de los autónomos está impulsado por el tirón del turismo. En cambio, las 10 comunidades en que no crece el número de autónomos son prácticamente todas de interior. Cuando uno analiza el empleo que generan los autónomos vemos que en el segmento de 1 a 2 trabajadores crece a un ritmo del 1% interanual, mientras que en empresas de más de 500 trabajadores crece a un ritmo del 5%. Alguno podría estar contento con esto porque puede pensar que en España se está ganando tamaño empresarial, pero yo no lo estoy porque cuando se pierde un autónomo con uno o dos trabajadores a su cargo se pierde en la España rural, en la mal llamada España vaciada, lo que contribuye a su despoblación. Se están despoblando ciudades y cerrando negocios de autónomos. Pero, insisto, es cierto que en España hay más autónomos. gracias a siete comunidades autónomas, pero sectores tradicionales como el comercio, la agricultura y la industria están perdiendo autónomos.
P.: Entre los autónomos que más ven peligrar sus negocios están los dedicados al comercio tradicional. ¿Cómo ve el futuro del comercio tradicional en España? ¿Está en peligro de extinción? ¿Qué se puede hacer para impulsarlo?
R.: En el pasado he llegado a conocer 800.000 autónomos del comercio y ahora estamos en 700.000. Lo que vemos es un continuo declive y me preocupa, no tanto el comercio de las ciudades, sino por el que se está cerrando en las poblaciones rurales y en las zonas despobladas. Me preocupa porque, al final, estamos evitando que esa España vaciada siga creciendo.
P.: ¿Y eso tiene solución?
R.: Tiene solución desde el momento en que se eliminen las trabas que existen para ser autónomo, cuando se genere seguridad jurídica, cuando no tengas que pagar por un trabajador más de un 40%, entre trabajador y empresa, en cotización a la Seguridad Social. Entiendo que nuestro sistema de pensiones hay que mantenerlo, pero se está manteniendo a costa del empleo.
P.: ¿Los trabajadores españoles por cuenta propia son mejor o peor tratados que los de otros países de nuestro entorno?
R.: En lo que se refiere a protección social, España es de los países que más derechos da al autónomo. En cuanto a cantidad de derechos hay más en España que en el resto de Europa. Ahora bien, la certidumbre, la seguridad jurídica es mayor en otros países y tienen menos trabas, trámites y cotizaciones por trabajadores. España es el único país de toda la Unión Europea que no tiene en estos momentos el IVA franquiciado para los nuevos autónomos, es decir, ni emites IVA ni devengas IVA, y esto sería una ayuda muy importante para los nuevos emprendedores.
P.: Hasta septiembre han fallecido 46 trabajadores autónomos en España y 25.000 sufrieron accidentes. ¿Por qué sigue ocurriendo esto y cómo puede frenarse esta sangría?
R.: Hasta hace poco no había estadísticas sobre el fallecimiento de autónomos porque no cotizaban por riesgos profesionales. Ahora tenemos las estadísticas y, aunque el número de accidentes de autónomos es más bajo proporcionalmente que el ámbito asalariado, se siguen produciendo muertes. También hay que tener en cuenta que se destina más dinero para prevenir riesgos laborales al sector de asalariados que a los autónomos. Se ven muchas campañas de publicidad dedicadas al ámbito asalariado, pero muy pocas dedicadas al ámbito de los autónomos.
P.: Al principio de la entrevista me ha dado una pincelada, pero, para profundizar más, ¿cómo valora el paquete de medidas aprobado por el Gobierno para los autónomos afectados por la DANA? ¿Los considera suficientes?
R.: Claramente insuficientes. Esto no es el COVID. Ahora 30.000 autónomos lo han perdido todo. Sus negocios están en siniestro total y en esta situación o se les da una inyección de dinero para poder rehacerlos y continuar con su actividad o se verán abocados muchos de ellos al cierre. Entre otras cosas porque el problema es que cada comercio ha perdido una media de 130.000 euros y el autónomo lo tiene que volver a invertir para reconstruir ese negocio. Las ayudas no son suficientes y si alguien piensa que un autónomo se va a meter en un nuevo crédito ICO, cuando hay algunos que siguen pagando los que solicitaron durante el Covid, no sabe lo que es ser autónomo o lo que es ser empresario en nuestro país. Todo lo que no sean ayudas directas a la reconstrucción no van a servir. Entre otros motivos, porque una cosa es el daño emergente que estamos viendo ahora y otra el lucro cesante derivado a que se van a abrir otra vez los negocios en una zona totalmente deprimida y no sabemos cómo afectará esto al consumo.
P.: ¿Han cifrado a cuánto tendrían que ascender las ayudas para considerarlas suficientes?
R.: Si los 5.000 millones de créditos ICO que los autónomos tienen que devolver se destinadas a ayudas las cosas cambiarían y mejoraría la economía de la zona afectada por la DANA
P.: ¿Han calculado el número de autónomos afectados por la DANA?
R.: Con fuertes daños serían cerca de 30.000. En cuanto a los que no poseen local para ejercer su trabajo estaríamos hablando de 43.000 aproximadamente.
P.: En este momento, ¿cuáles son las principales demandas del colectivo de autónomos al Gobierno, a las administraciones, en general?
R.: Lo primero que pedimos es una verdadera reforma fiscal donde se establezca o se clarifique cuáles son los gastos que un autónomo puede deducir. Otras de nuestras demandas son mayor seguridad jurídica, el IVA franquiciado para los nuevos emprendedores y una solución al sistema de módulos que llevamos años esperándola. También solicitamos que se eliminen trabas y trámites, dado que cada día hay más legislación, más inseguridad jurídica, peor calidad en la norma. Pedimos un subsidio para los autónomos mayores de 52 años, solucionar el tema de las lagunas de cotización, que los autónomos que tienen deudas puedan jubilarse y que les vayan quitando de su pensión una parte de esa deuda, porque es inconcebible que en pleno siglo XXI a un autónomo que deba 3.000 euros se le niegue la pensión mientras no pague esos 3.000 euros. Reivindicamos una verdadera ley de segunda oportunidad para que un autónomo no lleve el cartel de moroso de por vida cuando las cosas no salen bien. En España se vitorea a los que empiezan un negocio pero se estigmatiza y se deja en la cuneta a los que fracasan, al contrario que en los países anglosajones donde el fracaso es una oportunidad, un aprendizaje en el camino. Es más fácil que den un crédito en Estados Unidos a quien fracasa que a quien empieza por primera vez.
P.: ¿Cuáles son ahora los principales desafíos que afronta el colectivo de autónomos? ¿La digitalización es su gran asignatura pendiente?
R.: La digitalización es un tema fundamental y un autónomo que no se digitalice lo tiene muy complicado. También la ciberseguridad porque hemos llevado a la gente a digitalización pero sin prevenirla de los riesgos que tiene. La gestión de datos es otra de las asignaturas pendientes y lo relacionado con la sostenibilidad y con la formación. Los autónomos tienen que estar continuamente formándose para ser competitivos.
P.: ¿El autónomo en España sigue siendo un resiliente?
R.: El autónomo en España es un héroe desde que empieza hasta que acaba y ser empresario autónomo mucho más. A pesar de ello, la clase política no valora al autónomo, para ellos el autónomo es el hermano pobre de la gran empresa.