Las últimas palabras de Dominique Pelicot a su familia: “Nunca debí hacer esto, voy a morir como un perro”

El hombre acusado de violar decenas de veces a Gisèle Pelicot junto con al menos otros 50 hombres da su alegato final en el juzgado

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Retrato judicial de Dominique Pelicot
Retrato judicial de Dominique Pelicot mirando a su exmujer, Gisèle Pelicot, en el juicio del caso Mazan. (Benoit PEYRUCQ / AFP)

Dominique Pelicot, acusado de drogar a su mujer durante casi una década e invitar a decenas de hombres a abusar de ella mientras se encontraba inconsciente, ha vuelto a subir al estrado este miércoles para responder a las últimas preguntas de los abogados. El interrogatorio, que debía concluir el martes, se ha alargado a la mañana antes de los alegatos finales de la parte civil. El señor Pelicot, que ha confesado todos los actos cometidos contra su ahora exesposa, ha aprovechado su declaración para dirigirle unas últimas palabras a Gisèle y sus hijos. “Nunca debí hacer esto, voy a morir como un perro”, ha afirmado.

A petición de su abogada, Béatrice Zavarro, Pelicot ha reiterado sus disculpas por todo el dolor causado, a pesar de que reconoce que “no será suficiente”. “Mis hijos prefieren llevar el apellido de otro”, ha recordado. Florian Pelicot, su hijo menor, aseguró que se sentiría “aliviado” si descubriera que Dominique Pelicot no es su padre. “Fui testigo de lo que vivieron después de descubrir este desastre. No imaginaba hasta qué punto, lo siento mucho por ellos”, ha dicho el hombre de 71 años.

Pelicot ha asegurado que, si pudiera, le gustaría “mirar directamente” a su hija, Caroline Darian, “a los ojos” y volver a hablar con ella. “Jamás te iré a ver, Dominique. Morirás solo, como un perro”, ha gritado ella, entre lágrimas, desde la sala.

“Morirás en una mentira”

La hija de Gisèle Pelicot,
La hija de Gisèle Pelicot, Caroline Darian, a la salida del juzgado el martes 19 de noviembre. (Christophe SIMON / AFP)

La relación con su única hija está especialmente dañada, pues se sospecha que también abusase de ella. Pese a que Pelicot lo niega, los investigadores encontraron fotos de Caroline en posiciones similares a las de su madre entre los archivos de Pelicot. El martes, Darian se encaró con él en la misma sala. “No tienes el valor de decir la verdad, ni siquiera sobre tu exmujer. Morirás en la mentira. Estás solo en la mentira. Es una pena, no tienes valor”, gritó.

“Lo vuelvo a decir: nunca toqué a mis hijos ni a los hijos de mis hijos”, ha declarado el acusado. “Encontramos [las fotos de Caroline Darian] en su videocámara”, le ha recordado Zavarro a su cliente durante el interrogatorio. “Una cámara que no utilicé durante años”, ha precisado el acusado. Para Dominique Pelicot, “la única esperanza” que le queda es que su hija “pueda tener la prueba” de que él no la drogó ni la violó, como sí hizo con su madre.

“No puedo añadir nada más, no puedo decir nada más. Ella nunca me creerá. Moriré como un perro. No le pido que venga y se ponga detrás de mi ataúd: no habrá ataúd”, ha dicho. Así, Pelicot considera que la única persona que le queda es su abogada, con quien ha desarrollado una relación de confianza estos últimos cuatro años.

Dominique se ha dirigido igualmente a su exmujer: “Ella forma parte de aquello que guardo en el fondo de mí”, ha señalado. Asimismo, ha querido dedicar unas palabras a la mujer de Jean-Pierre M. el único acusado que no violó a Gisèle Pelicot, sino que colaboró con Dominique para agredir a su propia esposa. “Le pido a esa familia que, por favor, aceptar mis disculpas”, ha dicho.

Este miércoles está previsto el alegato de los abogados de Gisèle Pelicot. El proceso se reanudará el próximo lunes, con la petición de penas de la Fiscalía, que se alargará hasta miércoles. Le seguirán las intervenciones de los abogados de la defensa antes de que el tribunal dicte sentencia, prevista para el 20 de diciembre.

Gisèle Pelicot se encaró este martes con los 51 acusados de haberla violado durante años, incluido su exmarido, que la drogaba para poder abusar de ella en estado de inconsciencia, y afirmó que la cicatriz que le han causado "no se cerrará nunca". (Edgar Sapiña Machado/EFE)
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