El truco del paño de cocina para que la loza no salga mojada del lavavajillas

Un hack rápido y sencillo para ahorrarse lo tedioso de secar los platos a mano

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Una persona pone en marcha
Una persona pone en marcha un lavavajillas, en una fotografía de archivo. EFE/ Zipi

Todo aquel que haya tenido la ocasión de vaciar un lavavajillas estará de acuerdo en que tener que secar los platos y vasos uno a uno, para no guardarlos mojados y que no marquen los muebles con surcos de humedad que los estropean y pueden dejar un olorcillo a humedad que es, cuanto menos, desagradable. Siempre queda la opción de dejar que las vajillas se escurran solas en el interior del electrodoméstico, pero esta práctica también es notoria por dejar ese mismo olor particular, además de producir moho, lo cual puede ser potencialmente perjudicial para la salud. Independientemente de los trucos, se recomienda limpiar el interior de los lavavajillas para deshacerse de los restos de comida, alargar su vida útil, y mejorar su rendimiento.

Existe, sin embargo, una simple solución a esto. Se trata de un consejo muy fácil de seguir y que, además, no quita nada de tiempo. Sólo hace falta un paño o trapo de cocina con capacidades absorbentes - es decir, la mayoría.

El proceso no tiene misterio: todo es igual al principio. Se ponen los platos sucios en el lavavajillas, bien organizados y dejando suficiente espacio entre los artículos para que los aspersores internos los puedan alcanzar en todos sus recovecos. Después de introducir la pastilla o el detergente, ahí, en su hueco particular, sólo hace falta cerrarlo y elegir un programa. Hasta aquí todo bien, todo muy fácil, y siguiendo el procedimiento de siempre.

Esperar es lo más fácil. Una hora, hora y media o dos, dependiendo del programa, para después abrir el electrodoméstico y verse rodeado de una densa nube de vapor caliente que, de quedarse muy cerca, puede incluso quemar un poco. Olor a limpio, si se han colocado los platos correctamente y seguido todos los consejos para el correcto funcionamiento del lavavajillas, y un brillo reluciente. Todo sobre ruedas. Qué molesto, entonces, tener que ir plato a plato con un trapo que empieza seco y acaba calado, a veces sin siquiera haber acabado de retirar la humedad de toda la vajilla. No es lo peor que puede pasar, claro, pero lo que sí supone es una pérdida de tiempo.

Lavavajillas. (Pexels)
Lavavajillas. (Pexels)

Un trapo limpio y seco que absorbe la condensación de agua

Esto se debe a que los lavavajillas usan gran cantidad de agua caliente. Esta puede quedarse estancada en su interior - pero incluso si se vacía correctamente, el vapor de agua que se crea por el calor quedará depositado sobre la superficie de todos los objetos, y sin excepción. El truco para evitarse la derrotera es el siguiente: una vez finalizado el programa de limpieza, se coloca un trapo limpio y seco sobre la puerta, dejando la mitad por dentro del electrodoméstico y la otra mitad por fuera. Se debe volver, entonces, a entrecerrarla y, una vez más, sólo hace falta esperar.

En teoría, la presencia del paño en el interior del lavavajillas supondrá que sus tejidos absorban la condensación de agua que se forma en el electrodoméstico. Gracias a esto, los platos, vasos, cubiertos y tuppers quedarán mucho más secos y podrá prescindirse del tedioso paso final del uso de un lavavajillas: nunca más habrá que verse empapado y luchando contra el molesto calor de las vajillas en el proceso de secarlas a mano.

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