La justicia ha condenado al Servicio Andaluz de Salud (SAS) a pagar una indemnización de 222.779 euros a una paciente que tras someterse a una gastrostomía, operación en la que se coloca una sonda para administrar alimento directamente al estómago, sufrió “graves perjuicios”, según ha informado la Asociación El Defensor del Paciente. En principio, a la mujer se le había concedido una indemnización de 18.000 euros tras presentar una reclamación contra el SAS, pero la familia consideró que no era cantidad suficiente para la reparación integral del daño causado y decidió acudir a los tribunales. Ahora el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número siete de Málaga les ha dado la razón, elevando de forma considerable la cuantía de la indemnización.
“Entendemos que esta indemnización no repara el grave daño causado a la paciente, pero al menos es más justa”, indica el abogado Damián Vázquez, abogado de la Asociación El Defensor del Paciente.
Los hechos se produjeron en 2015, cuando la mujer, que entonces tenía 29 años, acudió al Hospital Clínico de Málaga para realizarse una gastrostomía, pero “se produjo un cúmulo de despropósitos y una deficiente asistencia sanitaria”, lo que ha condicionado la vida de la paciente. El letrado explica que hubo “una flagrante violación de las órdenes y protocolos” tras la intervención quirúrgica, ocasionando a la paciente “una perforación con la sonda” así como inconvenientes con la colocación de la bolsa exterior, motivos por los que requirió una nueva operación. “Esa intervención le causó unas graves secuelas y una incapacidad absoluta con dependencia de sus padres, pues la paciente ya no puede realizar las actividades que antes desarrollaba”, aclara Vázquez.
Se le administró alimento antes de lo debido
Cuando se realiza una gastrostomía, explica el abogado, se recomienda no ingerir alimentos en 24 horas y en este caso “se incumplió” en el propio hospital. “En menos de ocho horas los enfermeros estaban alimentando a la paciente, incluso contra los deseos de la familia, que no entendían esa actitud. Posteriormente se le colocó mal una sonda, lo cual le provocó una perforación y una peritonitis, además de una infección, lo que también le supuso una serie de intervenciones posteriores como una traqueotomía”, indica. Debido a esas complicaciones, a la mujer le tuvieron que extirpar una de las trompas de Falopio.
El fallo de la Justicia condena, en concreto, a indemnizar con 172.779 euros a la paciente y otros 50.000 euros para los progenitores. Recoge conceptos indemnizatorios como días impeditivos, secuelas físicas como traqueostomía, secuelas estéticas y perjuicios por pérdida de calidad de vida.