Desde este lunes, Suecia ha comenzado a distribuir un folleto titulado “En caso de crisis o guerra” a millones de hogares, una medida que refleja la creciente preocupación del gobierno de Ulf Kristersson por la seguridad nacional tras la invasión de Rusia a Ucrania. Este documento, que se ha duplicado en tamaño desde su última actualización hace seis años —ahora tiene 32 páginas de extensión—, ofrece consejos sobre cómo prepararse para situaciones de emergencia.
“La resiliencia la construimos cada día junto con familiares, colegas, amigos y vecinos. En este folleto descubrirás cómo puedes prepararte y qué debes hacer si llega la crisis o la guerra”, comienza el documento, que puede descargarse también de manera gratuita. El contenido del folleto sueco incluye instrucciones detalladas sobre cómo actuar en caso de conflicto militar, subrayando que el país nunca se rendirá ante un ataque extranjero. Esta postura se alinea con la reciente adhesión de Suecia a la OTAN, una decisión tomada junto a Finlandia tras la intensificación de la invasión rusa en territorio ucraniano. Noruega, por su parte, ha sido miembro fundador de la alianza.
El folleto sueco no es un fenómeno aislado en la región nórdica. Finlandia ha publicado recientemente una guía digital sobre cómo prepararse para “incidentes y crisis”, mientras que Noruega ha distribuido un documento similar, instando a sus ciudadanos a estar preparados para sobrevivir de manera independiente durante una semana “en caso de clima extremo, guerra u otras amenazas”. En Dinamarca, la agencia de gestión de emergencias ha enviado por correo electrónico a los adultos información sobre los suministros necesarios para superar una crisis de tres días.
Los países nórdicos preparan a su población
En Finlandia, el gobierno ha optado por no imprimir copias físicas del folleto para cada hogar, ya que según expresa el ejecutivo esto conllevaría un gran gasto, defendiendo únicamente el modelo electrónico por la facilidad de actualización de una versión digital. En contraste, Noruega ha impreso 2,2 millones de copias, asegurando que “cada hogar recibirá una”.
Los folletos de emergencia en los países nórdicos incluyen listas de artículos esenciales para mantener en casa, como alimentos de larga duración, medicamentos y tabletas de yodo para accidentes nucleares. En Suecia, por ejemplo, se recomienda almacenar patatas, repollo, zanahorias y huevos, junto con productos enlatados.
La historia de los folletos de emergencia en Suecia se remonta a la Segunda Guerra Mundial y se distribuyeron también con actualizaciones durante la Guerra Fría. Hay que recordar que Suecia, junto a Finlandia, fue uno de los pocos países europeos que se declararon neutrales durante la Segunda Guerra Mundial, aunque su sistema de “defensa total” ya existe desde la Guerra Fría. El contexto actual ha llevado a un enfoque renovado en la preparación civil, como lo ha destacado en declaraciones recogidas por la BBC el Ministro de Defensa Civil de Suecia, Carl-Oskar Bohlin, quien advirtió sobre la posibilidad de un conflicto en el país. Una advertencia que ya hizo el titular de Defensa sueco ante el lento progreso de reforzar su infraestructura de defensa en los últimos años. En el panfleto hay un mensaje que ha sido resaltado respecto a versiones anteriores: “Si Suecia es atacada por otro país, nunca nos rendiremos. Toda información que indique que la resistencia debe cesar es falsa”.
La experiencia de Finlandia con su larga frontera con Rusia y su historia de guerra con la Unión Soviética ha mantenido su defensa en un alto nivel. Según Ilmari Kaihko, profesor asociado de estudios de guerra en la Universidad de Defensa de Suecia, Finlandia nunca olvidó la posibilidad de guerra, a diferencia de Suecia, donde la población necesita un recordatorio de esta realidad.
Las guías también abordan cómo manejar situaciones sin electricidad durante días, especialmente en invierno, y la importancia de tener suficiente comida y agua potable para al menos 72 horas. Sin embargo, algunos ciudadanos, como el economista sueco Ingemar Gustafsson, se muestran escépticos sobre la practicidad de almacenar grandes cantidades de provisiones en hogares pequeños.