La increíble historia de Lili, la perra de caza que estuvo atrapada siete días bajo tierra: “Ya no teníamos esperanza de volver a verla”

Los bomberos acudieron al rescate, pero al no haber señales de vida, abandonaron la operación

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Un jagdterrier en un camino
Un jagdterrier en un camino (imagen de referencia)

El lunes 11 de noviembre, Boris Perera, un hombre que vive en Le Vigan (Gard), una localidad al sur de Francia, había salido con su expedición de caza por la montaña, acompañado de su perra, Lili, un jagdterrier equipado con un arnés GPS. No obstante, ese día se convertiría en un auténtico calvario para Boris, que pensó que había perdido a su perra.

Lili se había adentrado en una cavidad para inspeccionar y sacar a los animales de dentro de la cueva, pero la que no salió fue ella. Desafortunadamente, se quedó atrapada bajo tierra, entre estrechos túneles que rozaban el GPS, que quedó inoperable dentro de la madriguera. Desesperado, Boris decidió recurrir a profesionales para que le ayuden a encontrarla.

“Con mi equipo de cazadores la llamamos y pasamos por el sitio con regularidad, pero sin ninguna señal de vida. Al no tener solución decidimos buscar ayuda de especialistas”, ha relatado Boris a Franceinfo.

La operación de rescate

La cueva contaba con cuatro pequeñas entradas, únicamente accesibles para animales pequeños. Sin embargo, Boris no pensó en rendirse y acudió al club de espeleología del valle de Vis para que exploraran la cueva e intentaran localizar a Lili.

La tarea presentaba muchas dificultades: espacio muy estrecho, bajo tierra, sin señales de vida de la perra ni del GPS, por lo que su localización dentro de la cavidad era un misterio. Dos días después, el 13 de noviembre, los espeleólogos se pusieron manos a la obra e inspeccionaron el lugar, pero sin éxito.

Unos días más adelante, los bomberos de Vigan también prestaron su ayuda y se sumaron al operativo de búsqueda, explorando con una cámara endoscópica los conductos subterráneos de la cueva. Sin embargo, no se encontró ningún rastro de Lili.

Los bomberos abandonaron la investigación, pero el club de espeleología siguió adelante. Una semana más tarde, siete espeleólogos trabajaron sin descanso para poder ampliar la entrada a las galerías y poder avanzar más a fondo. En un momento dado, escucharon a Lili y cavaron un pasaje en la dirección del sonido lo suficientemente ancho para liberarla.

El perro habría muerto sin nuestra intervención”, ha señalado Jean-Yves Boschi, presidente del club de espeleología. “Nos sentimos aliviados de haber podido salvarla”, ha expresado Boschi, que también ha indicado que la operación de rescate duró nueve horas.

Final feliz

Lily fue rescatada y pudo volver a ver la luz del día. El animal se encontraba débil y hambriento, pero feliz y no dudó en agradecer a lametones a sus rescatadores como agradecimiento. Después fue inmediatamente hidratada y alimentada. Además, también fue examinada por un veterinario, que confirmó que ella estaba bien.

“Ya no teníamos esperanzas de volver a verla”, ha explicado Boris. “Le debemos su vida a la determinación del club. Estos voluntarios literalmente pusieron la montaña patas arriba para ofrecernos este milagro”, ha añadido.

De regreso a casa, la perra ha podido disfrutar de un merecido descanso antes de salir de caza de nuevo con su dueño la semana que viene. Así, el club de espeleología del valle de Vis ha especificado que, al menos una vez al año, intervienen con operaciones como esta para salvar a animales en peligro.

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