Uno de los riesgos a los que se enfrentan los dueños de los restaurantes consiste en que, dentro de sus negocios, los clientes sufran una intoxicación alimentaria. La interrupción de la cadena de frío; el contacto de alimentos crudos con los cocinados; o la insuficiente higiene de los trabajadores, vestimentas inadecuadas y sucias son algunas de las causas por las que los restaurantes pueden provocar, involuntariamente, una intoxicación alimenticia. Con el objetivo de evitar este grave problema, los gerentes de los restaurantes ponen en marcha una serie de medidas, entre las que se encuentran el establecimiento de rutinas de higiene o la obligatoriedad para los empleados de aprobar cursos y talleres de manipulación de alimentos y seguridad alimentaria.
Aunque el resultado de la siguiente historia sea el mismo que el de una intoxicación alimentaria —atención médica de los clientes—, la causa de la misma no estuvo relacionada con un fallo del restaurante, sino con la premeditada acción de un agente externo.
Un extraño líquido naranja
Todo sucedió en un local de la famosa cadena de comida rápida, McDonald’s, en la estación de tren de París-Saint Lazare. El local de la franquicia norteamericana de hamburguesas se encuentra dentro de dicha terminal, la cual es una de las principales estaciones de Francia y de Europa en volumen de pasajeros, con más 100 millones de visitantes anualmente.
Según una fuente policial a la que tuvo acceso el medio galo franceinfo, un hombre, que se encontraba en el local de comida, arrojó al suelo un producto químico naranja y, seguidamente, el sospechoso abandonó el lugar. Se desconoce cuáles fueron las razones que llevaron al hombre a actuar de aquella forma o si había comido previamente en el McDonald’s antes de derramar el líquido anaranjado. El desconcierto del resto de clientes fue tal que no supieron reaccionar de ninguna manera porque no sabían de qué sustancia se trataba.
Uno de los testigos en la escena logró ver al sospechoso, que vestía una chaqueta azul y portaba una maleta. Las cámaras de videovigilancia confirmaron las características físicas y vestimenta del hombre, de manera que la policía pudo arrestarle en la estación de Caen (Calvados, Normandía).
Se activó el protocolo NRBQ
Aunque el riesgo de la sustancia química no obligó a evacuar la estación, 32 personas enfermaron a causa de los olores emitidos, diez de ellas en relativa emergencia.
El desconocimiento generalizado, entre afectados y autoridades, sobre el tipo de producto químico que había sido derramado hizo que los bomberos franceses, desplegados en el lugar, activasen el protocolo NRBQ (Defensa Nuclear, Radiológica, Biológica y Química). Afortunadamente, los clientes que no se sintieron bien no precisaron de hospitalización; además, diez policías que intervinieron en el lugar contaminado experimentaron dolores de garganta, aunque tampoco tuvieron que ser ingresados en el hospital.
Según los primeros informes de la investigación policial, las pesquisas iniciales apuntan a que el hombre vertió al suelo el contenido de un espray de pimienta. A día de hoy, las personas que se encontraban consumiendo dentro del McDonald’s siguen preguntándose por qué aquel hombre decidió jugar con la salud de los clientes allí presentes.