El 5 de septiembre de 2023 falleció una de las comunicadoras más queridas de nuestra televisión, María Teresa Campos. La periodista malagueña no solo dejó un legado profesional, sino también una vida llena de anécdotas y símbolos de su éxito. Entre ellos, destacaba su imponente mansión ubicada en Molino de la Hoz, en Las Rozas, Madrid. Una residencia que durante más de una década fue el centro de su vida personal y profesional, y que hoy tiene un destino muy diferente.
La mansión, una propiedad de 2.000 metros cuadrados construidos en una parcela de 6.000, reflejó el gran éxito de una carrera de más de 50 años. Con 12 habitaciones, 15 baños y una piscina climatizada, según indicó la revista Semana, no solo fue su hogar, sino también el escenario de algunos de los programas más emblemáticos en los que participó, como Las Campos o Mi casa es la tuya.
Sin embargo, esta majestuosa propiedad acabó volviéndose en contra de la periodista y hace varios años decidió ponerla a la venta, un proceso que fue más tedioso de lo que podía imaginar. Tras pasar seis años en el mercado, la casa, que inicialmente tenía un precio de 5 millones de euros, se vendió finalmente en 2021 por 2,5 millones. Fue una empresa de calzado, Alma en Pena, la que adquirió la mansión, marcando así el fin de una etapa para la familia Campos y el inicio de una nueva vida para la propiedad.
Actualmente, unas 20 personas trabajan en el interior de la antigua casa de la presentadora, donde no solo realizan sus labores, sino que también pueden disfrutar de espacios como un gimnasio, cocinas y áreas de descanso. Esta transición ha convertido lo que antes era un lugar lleno de recuerdos familiares y eventos televisivos en un entorno tranquilo y productivo. La sede, situada en una urbanización que también alberga a otras figuras públicas como Roberto Leal y Paula Echevarría, ofrece un ambiente exclusivo y discreto, algo que anteriormente, con la atracción a las cámaras de María Teresa Campos, no ocurría.
De casa maldita a amuleto de la suerte
La decisión de trasladar la sede de Alma en Pena a esta emblemática mansión parece haber sido un acierto estratégico para su propietario, Gil Roldán. Desde que la empresa se instaló en la antigua propiedad de María Teresa, ha experimentado un notable crecimiento. Según reveló Vanitatis, su facturación ha aumentado más del 50%, alcanzando los 28 millones de euros en un año. Este éxito ha llevado a muchos a considerar la propiedad como un verdadero amuleto para la marca.
Pero durante los 16 años que María Teresa Campos vivió en esta mansión, la casa fue mucho más que un hogar. En ella residieron Edmundo Arrocet y su hija Carmen Borrego y su familia, quien disfrutaba de un espacio independiente dentro de la propiedad. Los momentos compartidos y los episodios televisivos grabados allí hicieron que la residencia se convirtiera en un lugar querido no solo por las Campos, sino también por muchos españoles que pudieron vislumbrar parte de su vida privada a través de la pantalla.
No obstante, la decisión de vender la propiedad estuvo marcada por las necesidades de la presentadora en su última etapa de vida. La distancia de Madrid y las dificultades asociadas a mantener una propiedad de tales dimensiones llevaron a María Teresa a optar por un cambio. Antes de la venta, muchos de los muebles y objetos que decoraban la casa fueron subastados, un total de 831 lotes, dado que no encajaban con el estilo que buscaba el nuevo propietario. Tal y como indicó Jaleos, su decoración ha pasado a ser mucho más contemporánea y moderna, aunque prevalece la elegancia de la comunicadora.