Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), ha señalado este lunes que la dirección de la política monetaria “es clara” y que seguirá la trayectoria descendente de la inflación que, a su juicio, alcanzará el objetivo del 2% el próximo año.
De Guidos, que ha intervenido en el evento Euro Finance Week, que se celebra hasta el próximo viernes en Fráncfort, ha incidido en que la política monetaria del eurobanco seguirá el trayecto descendente de los precios, con una dirección “clara”, después de recortar en tres ocasiones los tipos de interés durante el 2024. El primer movimiento a la baja lo hizo en junio y lo volvió a repetir en septiembre y octubre hasta colocar las tasas de interés en el 3,25%..
A juicio de De Guindos, el consumo será el impulsor de la recuperación económica de la eurozona, en un contexto en el que existen nubes tras el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, pero también motivos para ser optimistas.
Mantener la regulación frente a los riesgos
Sobre el informe de estabilidad financiera que el BCE publicará el próximo miércoles De Guindos ha señalado que no es el momento de revertir los avances normativos que tanto han costado conseguir.
“Dado que las fuentes de riesgos y vulnerabilidad siguen siendo elevadas, en un contexto de gran incertidumbre y débiles perspectivas de crecimiento, nuestro momento actual es propicio para mantener la regulación, preservar la resistencia y seguir adelante con las políticas macroprudenciales para las entidades no bancarias”, ha afirmado.
Círculo vicioso entre bajo crecimiento y deuda
De Guindos también ha advertido que los elevados niveles de deuda pública sobre PIB en muchos países de la zona euro pueden llegar a limitar la capacidad de maniobra de los gobiernos para apoyar la economía y realizar inversiones adicionales, lo que podría dar lugar a un “círculo vicioso negativo” entre bajo crecimiento y sostenibilidad de la deuda soberana.
Asimismo, ha subrayado el cambio en el balance de riesgos macroeconómicos desde las preocupaciones por la elevada inflación a los temores por el crecimiento económico, después de que la tasa de inflación se haya acercado al objetivo del 2%.
Luis de Guindos ha advertido de que la actividad económica ha sido más débil de lo esperado, lo que ha llevado al BCE ha revisar a la baja sus proyecciones dos veces, mientras que las perspectivas de crecimiento se ven empañadas por la incertidumbre sobre las políticas económicas y el panorama geopolítico, así como por tensiones comerciales, que agravan los problemas estructurales de baja productividad y débil crecimiento potencial de la zona euro.
En este escenario considera que las dudas sobre las trayectorias de consolidación fiscal podrían desencadenar una nueva revalorización del riesgo soberano, mientras que los grandes déficits primarios actuales también dificultarán a los gobiernos apoyar la economía si se materializan shocks adversos, y dificultarán realizar inversiones adicionales para hacer frente a desafíos estructurales, como el cambio climático, el gasto en defensa, la digitalización y la baja productividad. “Esto, a su vez, podría dar lugar a un círculo vicioso negativo entre el bajo crecimiento y la sostenibilidad de la deuda soberana”, ha advertido.