La Guardia Civil ha detenido a un hombre, de 41 años de edad por varios robos con fuerza y violencia en la ciudad de La Orotava (Tenerife) mientras que disfrutaba de un permiso penitenciario. En total, se le acusa de hasta cinco delitos de robo con fuerza en viviendas y dos delitos de robo con violencia e intimidación en establecimientos comerciales.
Para los robos en viviendas, buscaba las que estuvieran en construcción y utilizaba siempre el mismo modus operandi: fracturaba puertas o ventanas para sustraer del interior cableado, aluminio, piezas de grifería, entre otros materiales, para venderlos en establecimientos dedicados a la compra-venta de ese tipo de material.
Sin embargo, los dos robos con violencia e intimidación fueron cometidos en un supermercado abierto al público. El acusado accedía con la cara tapada y portando una hoz de gran tamaño y amenazaba e intentaba agredir a los empleados.
En una ocasión las trabajadoras se defendieron con un palo y consiguieron que el acusado huyera del lugar. Alertaron a la Guardia Civil y así es cómo se inició un dispositivo de búsqueda para localizar y detener al presunto autor.
El detenido, junto con las diligencias instruidas fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de La Orotava que decretó su inmediato ingreso en prisión nuevamente.
Los permisos penitenciarios
Durante el disfrute de un permiso de salida, si un preso comete un nuevo delito o intenta fugarse, las consecuencias son severas. El permiso queda anulado y el interno puede ser reclasificado provisionalmente a un régimen más estricto, según el reglamento penitenciario. Además, se enfrentará a nuevas responsabilidades penales y disciplinarias, como el aislamiento en celda. Estos permisos, según el sistema penitenciario, son una herramienta para evaluar la reintegración del preso a la sociedad y mitigar los efectos negativos del encarcelamiento prolongado.
Los permisos de salida son una forma de excarcelación temporal que permite a los internos comenzar a retomar contacto con la sociedad antes de obtener la libertad condicional. Existen diferentes tipos de permisos: ordinarios, extraordinarios y salidas de fin de semana. Cada uno tiene sus propios requisitos y procedimientos de concesión.
Los permisos ordinarios están diseñados para preparar al preso para su vida en libertad. Para ser elegible, el interno debe haber cumplido al menos una cuarta parte de su condena, estar clasificado en segundo o tercer grado de tratamiento y demostrar buena conducta. Sin embargo, cumplir con estos requisitos no garantiza la concesión automática del permiso, ya que los tribunales pueden decidir lo contrario. La duración de estos permisos varía: 36 días al año para los clasificados en segundo grado y 48 días para los del tercer grado, con un máximo de siete días consecutivos por permiso.
Por otro lado, los permisos extraordinarios pueden ser otorgados por razones específicas, como el fallecimiento o enfermedad grave de un familiar cercano, o por el nacimiento de un hijo. A diferencia de los ordinarios, estos permisos pueden ser concedidos a presos preventivos y a aquellos en primer grado. La duración de estos permisos se limita al tiempo necesario para cumplir con su propósito, y la custodia del preso es más estricta.
Las salidas de fin de semana están reservadas para internos clasificados en tercer grado. La Junta de Tratamiento regula y resuelve estas salidas de manera individualizada, sin necesidad de ratificación por otros órganos. Generalmente, estas salidas se extienden desde el viernes por la tarde hasta el lunes por la mañana, aunque pueden ajustarse en casos excepcionales.