En España se diagnostican cada año unos 30.000 casos nuevos de cáncer de pulmón. Es el cuarto tipo de tumor más frecuente en el país, pero el más mortal de todos. Tan solo en 2023, fallecieron 23.129 personas a causa del cáncer de pulmón, según datos del Observatorio de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).
La alta mortalidad del cáncer de pulmón (solo el 10,7% de los pacientes sigue vivo cinco años después del diagnóstico) se debe a que entre el 70% y el 80% de los casos se detectan en estados avanzados. Por ello, la AECC insiste en que “realizar el diagnóstico precoz del cáncer de pulmón mediante la implantación de un proceso de cribado a la población fumadora parece ser una opción beneficiosa”.
“Si el cáncer de pulmón se diagnostica en una situación inicial, las posibilidades de curación son altas. Cuando se diagnostica en una situación avanzada, las posibilidades de curación prácticamente son imposibles”, explica a Infobae España Bartomeu Massuti, jefe de Oncología del Hospital General de Alicante y miembro del Grupo Español de Investigación del Cáncer de Pulmón (GECP). Incluso la Unión Europea ha recomendado iniciar estos programas, pero en España apenas se llevan a cabo y los que existen corren peligro de desaparecer por falta de financiación.
Falta de apoyo público: Sanidad no se plantea el cribado
La técnica más eficiente para llevar a cabo estos cribados son los TAC de baja dosis (TCBD), centrados en la población fumadora o exfumadora, pero la sanidad pública no lo considera rentable económicamente. Al menos, a esa conclusión llegó un informe elaborado en 2023 para el Ministerio de Sanidad por parte del Servicio Canario de la Salud (SESCS) y la Agencia Gallega para la Gestión del Conocimiento en Salud (ACIS). El estudio concluye que el impacto presupuestario de la implementación de un programa de cribado sería de, al menos, 3.030,80 millones de euros brutos (a tres años), frente a los 788,53 millones de euros que se gastan actualmente.
Igualmente, los autores consideraron que los daños superaban a los beneficios del cribado. “Probablemente, evita que alrededor de 5 de cada 1.000 personas muera de CP [cáncer de pulmón] en un plazo aproximado de 10 años”, reza el informe, un logro que se veía sobrepasado por “el daño derivado de los resultados de falsos positivos y del sobrediagnóstico“, asegura el texto.
El informe, no obstante, ha recibido varias críticas desde las sociedades médicas y de pacientes. “Utiliza datos desfasados, sobre todo en cuanto al coste de los tratamientos“, asegura Massuti, ”pero hay que tener en cuenta que el coste de tratar un cáncer de pulmón en situación avanzada quintuplica el coste de diagnosticarlo y tratarlo en un estado inicial, con posibilidades curativas”, añade.
De hecho, un reciente informe presentado por Roche en el Consejo de los Diputados afirma que la implantación de los cribados no solo permitiría aumentar la supervivencia de los pacientes en 7,63 años, sino que equivaldría a un ahorro de 2.300 millones de euros en un horizonte temporal de 30 años.
“El cáncer de pulmón avanzado tiene muchas posibilidades de tratamiento y se ha alargado la supervivencia, pero a costa de que los pacientes reciban tratamientos que son caros y sin posibilidades de curación“, explica el oncólogo. Los pacientes que encuentran una cura con las terapias actuales, como la inmunoterapia o tratamientos dirigidos, “son una minoría”, asegura, y en cualquier caso el coste “es muy superior”.
Respecto a los riesgos de falsos positivos y sobrediagnóstico asociados al cribado, el doctor señala que las pruebas “se han refinado mucho” y que estos fallos han caído. “A día de hoy incluso hay técnicas de análisis automático de imágenes, de inteligencia artificial, que permiten predecir y analizar mejor todavía las imágenes”, añade.
Por el momento, el Ministerio de Sanidad no parece haber cambiado de opinión, según la Asociación de Afectados por el Cáncer de Pulmón. Sus representantes se reunieron el pasado 17 de septiembre con el director general de Salud Pública, en un encuentro que tildaron de “profundamente decepcionante” por “el escaso interés” que mostró en el cribado.
“El problema es cómo se lleva esto a la realidad”
Hay una evidencia científica establecida sobre la eficacia de los cribados en el cáncer de pulmón, “el problema es cómo se lleva esto a la realidad de la práctica clínica y asistencial“, apunta Massuti. Según él, es necesario ”tener la información de la historia tabáquica, de la exposición tabáquica de los ciudadanos que no son enfermos, son personas de riesgo”.
Existen diferentes proyectos en varios países para hacerlo, pero en España la iniciativa es privada. La Sociedad de Patología Respiratoria, la Sociedad de Neumología y Cirugía Torácica o las sociedades de Medicina de Familia, entre otras entidades sanitarias, conformaron el Proyecto Cassandra (Cancer Screening Smoking Cessation and Respiratory Assessment). Este proyecto piloto de cribado de cáncer de pulmón se desarrolla en más de 40 hospitales de toda España, todos de carácter público, con el objetivo de generar datos que muestren cómo aplicar estas pruebas en el Sistema Nacional de Salud.
Ante el rechazo del Ministerio de Sanidad, los implicados han buscado la colaboración de las consejerías sanitarias. En algunos casos, se ha conseguido trabajar en sus hospitales, pero el apoyo y la financiación son escasos. “Tienen dudas sobre si pueden incluir esto en sus prestaciones”, dice Massuti. El proyecto “es el único que está en marcha”, pero “no sabemos si podrá tener continuidad” debido a la falta de fondos, finaliza.