Imagina que tienes 16 años y quieres empezar a acumular tu propio dinero. Buscas un método rápido, sencillo y que no lleve mucho esfuerzo. Así que tecleas en internet “cómo ganar dinero fácil”, y entre los resultados aparecen anuncios de casas de apuestas, blogs y vídeos prometiendo soluciones mágicas con títulos como “Cinco maneras realistas de ganar un millón de euros en un año” o “La forma más sencilla de ganar 100 euros al día”. ¿Deberías fiarte de estos ‘gurús’ del dinero?
Se les conoce como ‘finfluencers’, un término que proviene de unir las palabras influencer y finanzas, y que representa a los creadores de contenido sobre información financiera y finanzas personales. Aunque se trata de un nicho bastante reciente, la realidad es que están ganando cada vez más popularidad en plataformas como Instagram, TikTok, YouTube y LinkedIn, donde suman seguidores de manera constante.
Según explica el Foro Económico Mundial, ante la falta de atención por parte de los asesores financieros tradicionales y las instituciones, muchos pequeños inversores han recurrido en masa a canales digitales, como las plataformas de redes sociales, para informarse sobre cómo invertir. De hecho, de acuerdo con un estudio de la FINRA (la Autoridad Reguladora del Sector Financiero de Estados Unidos), más del 60% de los inversores estadounidenses menores de 35 años obtienen información sobre inversiones a través de las redes sociales, superando al 57% que consulta con asesores financieros profesionales. Las redes sociales han conseguido que el acceso a consejos financieros sea más inclusivo y asequible, al mismo tiempo que fomentan comunidades sólidas y diversas. Para muchos, estos espacios digitales son, en ocasiones, el único lugar donde pueden discutir y aprender sobre aspectos fundamentales de sus finanzas.
Y es que su público objetivo, según muestran los estudios, es la Generación Z. Principalmente, se trata de “usuarios de bajo nivel académico, que vienen seducidos por la idea de obtener rentabilidades altísimas sin mucho trabajo y esfuerzo”, comenta Pablo F. Iglesias, consultor de reputación online y presencia digital en CyberBrainers. En la mayoría de los casos, Iglesias explica que la gente que se ha formado en inversiones sabe que no se gana tanto dinero de golpe y que tienen más que ver con el largo plazo que con el corto, “Pero claro, este mantra es mucho menos sexy que decirle a alguien sin conocimientos que si aplicas esta receta que te voy a enseñar en mi curso, en seis meses vas a llevar una vida de millonario”, añade.
Otra de las causas por la que estos creadores de contenido triunfan en nuestro país es que “la educación financiera de los españoles sigue siendo tan baja como lo era hace unos años. Estamos, de hecho, a la cola de Europa en cuanto a este tipo de conocimientos. Aprobamos justito, estando justo por encima de la media de la OCDE, lo que, de paso, nos vuelve aún más vulnerables a este tipo de fraudes”, explica Iglesias.
Por qué no fiarse de los ‘gurús’ financieros
Y es que estas personas, por un lado, contribuyen a democratizar las finanzas, acercando conceptos y actividades que muchos consideran exclusivos de quienes tienen un alto poder adquisitivo. Sin embargo, también es importante recordar que muchos de ellos no son especialistas en economía, sino expertos en marketing. Esto significa que, aunque dominan la promoción de contenidos, carecen de certificaciones oficiales que respalden la validez de los consejos financieros que ofrecen públicamente.
De hecho, no todos cumplen la ley al realizar estos contenidos. En 2022, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) observó que algunos de estos finfluencers podrían estar emitiendo recomendaciones de inversión sin cumplir con los requisitos establecidos por el régimen de la Unión Europea (UE), por lo que comenzó a contactar con ellos para solicitar aclaraciones sobre su actividad.
La elaboración y difusión de estas recomendaciones sobre inversión está regulada en el Reglamento UE 596/2014 sobre el abuso de mercado y en el Reglamento Delegado (UE) 2016/958 que lo desarrolla. Para poder ser un influencer legal en este terreno, hay que cumplir una serie de requisitos, como identificarse adecuadamente, presentar las recomendaciones de manera objetiva y revelar todas las relaciones o circunstancias que pudieran afectar a su objetividad.
Robin Decaux, CEO de la empresa de tokenización de bienes inmuebles Equito, explica que, aunque no todo es negativo, hay riesgos como las estafas —ya que algunos influencers aprovechan su audiencia para promover proyectos fraudulentos— o la información errónea que puedan difundir incluso sin mala intención y que puede confundir a sus seguidores. Por ello, asegura que “es importante fomentar buenas prácticas y educar a los usuarios para que verifiquen cualquier información antes de tomar decisiones”. La mayoría de los expertos recuerdan siempre una norma básica muy sencilla: si una inversión parece demasiado buena como para ser verdad, seguramente no es verdad.