Una lata tarda entre 10 y 100 años en descomponerse, una bolsa de plástico 150 años y un pañal 500. Son cifras que muchos han oído, pero en las que no piensan cuando, casi de manera automática, arrojan al suelo algún residuo. Un problema que, si se tienen en cuenta la acumulación de toda esa basura, ha ido en aumento en lugares de todo el mundo. Lugares como la población francesa de Lagny-sus-Marne, situada en la periferia de París, donde han decidido coger impulso para implantar una estrategia más radical para poner freno a esta situación.
La basura se ha convertido en un problema social a nivel global, pero es quizá especialmente acuciante en algunas localizaciones. En el área metropolitana de parís, se ha registrado un aumento del 30% de los vertidos ilegales, algo que ha alertado a las autoridades locales de la región. Un problema que los españoles compartimos: España es el país europeo que más residuos genera, con más de 130 millones de toneladas anuales, según los últimos datos. Además, también encabeza el ranking de países con más infracciones por vertidos ilegales, contabilizándose más de 1.500 al año.
Cámaras más difíciles de detectar
El Ayuntamiento de este territorio integrado en el llamado ‘cinturón rojo parisino’ -al tratarse de zonas en las que los vecinos, mayoritariamente de clase trabajadora, han votado más a partidos de la izquierda francesa- ha puesto el foco en un callejón del municipio, el cual da entrada a un bosque en el que la gente tira mucha basura. “Aquí, normalmente, es una zona donde de vez en cuando colocamos una cámara para intentar encontrar a los culpables”, cuenta al medio galo France 3 Eddy Pasdeloup, un funcionario del consistorio.
Pero a pesar de ello, como han podido comprobar que esto no ha bastado para frenar la deposición de residuos en la linde del bosque, han decidido ir más allá. El Ayuntamiento colocará nuevas cámaras de vigilancia, más móviles y mucho más difíciles de detectar: un sistema con un sensor que hará que la cámara se active. “Recibiremos un correo electrónico que nos alertará de que la cámara se ha encendido”, cuenta.
El Ayuntamiento aprueba nuevas sanciones
Hasta ahora, las cámaras ya han logrado captar algunas imágenes relevantes, como la de una furgoneta cuya matrícula es legible. “Tenemos la identidad del propietario, por lo que la multa dependerá del tipo de depósito y del volumen”. La cantidad, además, también puede variar según el tipo de material que sea dejado.
Hasta ahora, las multas más habituales rondaban una cantidad cercana a los 135 euros. Un número que podría llegar a ascender hasta los 15.000 euros, según la peligrosidad de los residuos, tal y como ha votado el consejo municipal. Hasta ahora, el problema que habían tenido era la falta de una base legal para apercibir a la ciudadanía con cantidades mayores. “Incluso las de 135 euros no fueron disuasorias”, lamenta Pasdeloup, que ahora concluye: “Pensamos que hay que golpear un poco el bolsillo para que la gente tome conciencia”.