La Corona de Suecia se encuentra atravesando un delicado momento a nivel financiero. Después de percibir un presupuesto de 14,6 millones de euros a principios de año, el rey Carlos XVI Gustavo y la reina Silvia de Suecia se han visto en la obligación de pedir un préstamo al Gobierno tras tener sus cuentas en números rojos, según los medios escandinavos.
El director financiero de la casa real sueca, Jan Lindman, ha hecho un balance de este 2024 y ha asegurado que “ha sido un año difícil” para la Corona. De acuerdo con la información desvelada por diferentes medios suecos, la casa real no tiene suficiente presupuesto para hacer frente a los meses que quedan de este año debido un déficit en sus cuentas. Así, han tenido que solicitar un préstamo de más de un millón de euros al Gobierno.
En concreto, la corte sueca deberá devolver la cantidad exacta de 604.375 euros a las arcas del Estado a principios de 2025, cuando reciban su presupuesto para el próximo año, que tendrá un aumento de dos millones más, por lo que percibirán 16,4 millones de euros. De esta manera, el 2025 la familia real sueca tendrá que reducir notablemente sus gastos, pues contará con, al menos, medio millón de euros menos que otros años.
Reducir gastos para 2025
Conscientes de que en los últimos dos meses de este año tendrán que ajustarse al dinero que han recibido tras el préstamo solicitado, la casa real sueca ha tomado medidas y, de momento, ya han cancelado cualquier cena o evento de gala previsto para esta temporada. Hasta ahora, lo único que se mantiene intacto son los actos relacionados con los Premios Nobel, que son financiados por la fundación que lleva el mismo nombre.
De acuerdo con el testimonio de Lindman, son varios los motivos que hay detrás del crédito que pidió la Corona de Suecia. Una de las causas principales es poder hacer frente a todos los gastos de este 2024, que incluyen los sueltos del personal, costes de representación, labores de información, visitas de Estado, los palacios en los que reside la familia y funciones de gestión, entre otras cosas.
“Tenemos un alto nivel de ambición, queremos realizar mucho trabajo y tener muchas actividades. Hay que tener también en cuenta la inflación. Estas cosas impulsan nuestros costos y han creado un déficit”, ha explicado Lindman a los medios suecos. Las tres visitas de Estado que Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia recibieron entre enero y junio provocó un aumento considerable de los gastos. A principios de año, la casa real sueca recibió al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su esposa, Brigitte. En abril, el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, visitó Estocolmo, mientras que los reyes Federico y Mery de Dinamarca hicieron lo mismo en mayo.
“Normalmente, recibimos dos visitas de Estado al año, esta vez han sido tres. Estas visitas cuestan bastante dinero. Pero para el rey es una prioridad responder a las exigencias del gobierno en materia de compromisos sociales”, ha detallado Lindman, quien ha dejado entrever que la organización de las visitas de Estado y las cenas de gala conllevan un gran gasto para las arcas de la casa real. Además, ha añadido que es el Ministerio de Asuntos Exteriores quien aprueba estos viajes.
Lindman ha señalado la posibilidad de que la Corona sueca reciba poco dinero por parte del Estado, lo que le dificulta hacer frente a las visitas cuando superan lo que, en principio, tenían previsto. “Si nos comparamos con las otras cortes nórdicas, recibimos menos dinero para financiar nuestras operaciones que el que reciben los demás países”. Para intentar ahorrar y no aumentar la deuda, se han llevado a cabo adaptaciones en el calendario real y ya no habrá cena de representación como cada otoño, ni tampoco grandes eventos.