El Ayuntamiento de Madrid, que dirige José Luis Martínez-Almeida, ha presentado este jueves un nuevo plan, bautizado RESIDE, que persigue acabar con la pérdida de población del centro de la ciudad, ordenar la oferta turística y mejorar la convivencia entre vecinos y visitantes. El texto sustituye al actual Plan de Hospedaje de 2019 (PEH) que el Gobierno local califica de “ineficaz” a la hora de frenar la pérdida de viviendas destinadas a uso residencial en la ciudad y la proliferación de pisos turísticos (VUT).
Y es que el Ayuntamiento de la capital sabe que tiene un problema con los VUT. En Madrid operan 17.360 establecimientos turísticos. El 92,7% son pisos (16.100). Solo el 7% son legales (1.131). Almeida puso en marcha el pasado 25 de abril medidas transitorias hasta la aprobación definitiva de este plan RESIDE para intentar equilibrar el mercado de hospedaje en la ciudad: medidas que incluían la suspensión temporal de nuevas licencias municipales para VUT, el endurecimiento del régimen sancionador para aquellos propietarios que no contaran con autorización; y el refuerzo de la plantilla de inspectores en un 15%.
Lo que pretende el Ayuntamiento es “simplificar la regulación”. Mientras el PEH actuaba sobre tres anillos de la ciudad, el Plan RESIDE actúa en dos ámbitos: el centro histórico (donde la presencia de viviendas turísticas es mayor y, por tanto, también es mayor la pérdida de activos inmobiliarios para uso residencial) y el resto de la ciudad. El centro histórico queda delimitado por las siguientes vías (ver mapa): Avenida de la Reina Victoria, Glorieta de los Cuatro Caminos, Calle Raimundo Fernández Villaverde, Calle Joaquín Costa, Plaza de la República Argentina, Glorieta de López de Hoyos, Glorieta de Francisco Silvela, Plaza de Manuel Becerra, Calle de Doctor Esquerdo, Calle de Pedro Bosch, Calle de Cocheras, Calle de Téllez, Calle Comercio, Avenida de Ciudad de Barcelona, Calle de Méndez Alvaro, Calle de General Lacy hasta Ramírez de Prado, -Calle de Tomás Bretón, Calle de Juana Doña, Calle de Juan de Vera, Calle de Alejandro Ferrant, Calle Embajadores, Plaza de Italia, Plaza del Molino, Plaza de Legazpi, Calle del Maestro Arbós, Avenida del Manzanares sur hasta Pasaje de Montserrat, Parque de Madrid Río, Glorieta Marqués de Vadillo, Avenida de Manzanares, Calle de Puente de San Isidro, Paseo de la Ermita del Santo, Glorieta del Puente de Segovia, Paseo de Marqués de Monistrol, Paseo Bajo de la Virgen del Puerto, Glorieta San Vicente, Cuesta de San Vicente, Paseo del Rey, Calle de la Rosaleda, Calle de Francisco y Jacinto Alcántara, Paseo de Camoens y Valero, Glorieta del Maestro, Paseo de Ruperto Chapi, Plaza de Cristo Rey, Avenida del Arco de la Victoria hasta calle Isaac Peral, Paseo de San Francisco de Sales y Calle de Guzmán el Bueno hasta Avenida Reina Victoria.
Dentro de este ámbito, el Ayuntamiento prohíbe los pisos turísticos dispersos en edificios residenciales, incluso en planta baja. En edificios que no sean de uso residencial, se admiten los pisos turísticos sin limitaciones. En aquellos inmuebles residenciales ubicados en calle no terciarizada, solo podrá cambiarse el uso a pisos turísticos durante 15 años, con licencia directa ligada a la rehabilitación y restauración del edificio. Posteriormente, volverá a tener uso residencial.
Fuera del centro histórico
En el exterior del centro histórico, el Ayuntamiento sí permitirá la implantación de pisos turísticos bajo las condiciones actuales, tanto en edificios completos como viviendas dispersas que convivan con uso residencial. En este último caso, se incluye como novedad la obligación de que esos pisos turísticos dispongan de acceso independiente. Otro objetivo es recuperar el uso residencial en algunas zonas. ¿Cómo?
Ofreciendo ventajas urbanísticas para convertir edificios de uso terciario en uso residencial, “con incentivos como el incremento de la edificabilidad existente”. También se admite la transformación de equipamientos dotacionales privados, catalogados y obsoletos en uso residencial, para viviendas de alquiler asequible y/o coliving. Actualmente, hay 210 edificios de estas características en el centro histórico de la ciudad.
El Plan de Hospedaje de 2019 permitió que los pisos turísticos se pudieran implantar en planta baja, lo que ha provocado que muchos locales de barrio desaparezcan en la zona central porque es más rentable la actividad de vivienda turística, provocando una reducción del comercio al servicio de los vecinos. De 2015 a 2024 se han transformado 3.306 locales en VUT. Con el Plan RESIDE no se permite la transformación de los locales comerciales en pisos turísticos en el centro histórico y la transformación de locales en viviendas en las principales vías terciarias. Se prevé que el texto podría entrar en vigor en agosto de 2025.
Los pisos turísticos se han incrementado en la ciudad un 50 % desde 2017. Mientras en este tiempo se han contabilizado 8.162 viviendas turísticas nuevas, en el mismo periodo se han creado 113 establecimientos turísticos (hoteles, pensiones, hostels, etc), representando un incremento del 9,85 %. En el distrito Centro hay un turista alojado por cada dos residentes. Para la oposición este plan conseguirá lo contrario que busca.
El concejal socialista Antonio Giraldo cree que, lejos de proteger el ámbito residencial, el plan incentiva la transformación de edificios completos en viviendas de uso turístico durante 15 años, lo que, según afirma, “expulsa a vecinos del barrio y favorece a determinados especuladores”. Para Rita Maestre, portavoz de Más Madrid, “este plan es una llamada explícita a los fondos buitre para que compren edificios, los vacíen y los conviertan en VUT. Y sigue sin establecer un límite al número de edificios completos que se pueden destinar a VUT en la almendra central. Humo y anuncios fake”.