Malestar en la Guardia Civil por la citación de ocho agentes del servicio antiterrorista en el caso Koldo: “Nos hace mucho daño”

El juez quiere indagar en la relación de la Jefatura de Información con Koldo García y Víctor de Aldama, así como en los pagos de la trama al comandante Rubén Villalba

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Jura de bandera alumnos de
Jura de bandera alumnos de la Guardia Civil. (Juan de Dios Ortiz/Europa Press)

El Servicio de Información de la Guardia Civil, uno de los más valorados en el seno del instituto armado, se ha visto salpicado por el caso Koldo. La llamada a declarar en calidad de testigos de ocho agentes de la Unidad Central Especial número 2 (UCE-2) por parte del juez que investiga la trama ha sentado como un jarro de agua fría en las filas del cuerpo. “Es una más, pero esta nos hace mucho daño”, afirma una de las fuentes consultadas por Infobae España.

Los mensajes y audios expuestos por la Unidad Central Operativa (UCO) en uno de sus últimos informes evidencian que varios de los agentes del servicio conocían los pagos periódicos que la trama realizaba al comandante Rubén Villalba, su excompañero en la UCE-2 y, por el momento, único guardia civil imputado en la causa. Varios de sus subordinados efectuaron ingresos en su cuenta bancaria y le realizaron encargos que le había encomendado el comisionista de la trama, Víctor de Aldama.

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Pero el corte en la cadena de mando podría no quedarse en el comandante Villalba. Y es que el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, en atención a la solicitud de la Fiscalía Anticorrupción, acordó citar a su superior, el coronel jefe de la UCE-2, la unidad que persigue el terrorismo yihadista. En una captura de una conversación encontrada por la UCO en el teléfono de Villalba, el superior proponía una reunión con Koldo García cuatro antes de las primeras detenciones del caso: “Dile a cafetera (Koldo) que si está la semana que viene, echamos un café. Si le viene bien. Yo regreso el sábado”. El magistrado quiere indagar en ese encuentro -si se produjo- y en la relación del servicio antiterrorista con Koldo y Aldama, quienes figuraban como confidentes de la unidad.

En su informe, la UCO ocultó la identidad de este y el resto de agentes amparándose en la Ley de Secretos Oficiales, aunque entregó al juez los carnés profesionales de los funcionarios para poder citarlos a declarar, como finalmente ha hecho. Los investigadores de la UCO, según fuentes consultadas por este medio, tomaron declaración a cuatro de estos guardias civiles, quienes afirmaron haber cumplido órdenes de Villalba. Nunca fue interrogado ningún superior del comandante.

Sin embargo, el juez Ismael Moreno, a petición de la Fiscalía, ha estimado oportuno citar como testigo al coronel jefe de la UCE-2, que comparecerá en la Audiencia Nacional el próximo 2 de diciembre. La acusación popular representada por el partido Iustitia Europa había solicitado su comparecencia como investigado. Las fuentes pulsadas recuerdan que esta situación puede afectar a la “inmaculada” carrera del coronel, que postula al ascenso a general de brigada. Durante su trayectoria en la Guardia Civil ha ocupado cargos de responsabilidad en servicios antiterroristas contra ETA y el yihadismo, entre otros.

Las conversaciones con Villalba

De otro diálogo entre Villalba y su superior. la UCO concluye que cortaron la relación con Aldama y Koldo tras conocer que estaban siendo investigados. De hecho, el agente identificado como el coronel jefe llegó a aleccionar al comandante imputado en este sentido: “Que no, que no hay nada. O sea, lo que sí es cierto es, lo que sí hicimos mal, y eso te lo recriminaré en su momento, es haber cortado totalmente, de una forma tan drástica”.

Koldo García ha comparecido en el Senado, donde se ha acogido a su derecho a no declarar.

Además, muestra su preocupación por el “cabreo” de los dos cabecillas de la trama: “Es que el problema es que ellos están pensado o han pensado que todavía les hemos hecho una croqueta, joder, que hemos estado con ellos y ahora que sabíamos que les iban a detener que nos hemos quitado del medio, que les hemos dejado tirados. Están cabreados, están cabreados como una mona. Entonces hombre, dentro de ese cabreo lo que no quiero es que empiecen a echar mierda, que ahora empiecen pues es que Rubén, no sé qué, no sé cuántos, ¿sabes? O sea, tenemos que evitar eso, que de algo que hemos hecho con normalidad, ahora por su cabreo, cojan y nos salpiquen”.

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