Las gatas pueden quedar embarazadas desde su primer celo, que generalmente ocurre alrededor de los seis meses de edad. Este periodo de fertilidad se caracteriza por ser poliéstrico estacional, lo que significa que durante su temporada reproductiva, que dura entre seis y siete meses, las gatas experimentan varios ciclos de celo separados por breves intervalos. Según Clinicanimal, este comportamiento está influenciado por la cantidad de luz diaria, aumentando el número de gatas en celo durante los meses con más horas de luz.
El embarazo de una gata dura entre 58 y 67 días, lo que equivale aproximadamente a dos meses. Durante este tiempo, los gatitos se desarrollan en el útero de la madre. No hay diferencias en la duración del embarazo entre gatas primerizas y aquellas que ya han tenido crías anteriormente.
Cómo es el ciclo reproductivo de los gatos
El ciclo reproductivo de las gatas se divide en varias etapas. El proestro es la primera fase, que dura de uno a tres días, donde se observa un cambio de comportamiento en la gata, volviéndose más cariñosa y vocal. Sin embargo, en esta etapa, aún no está receptiva para el apareamiento. Le sigue el estro, que es el periodo de celo propiamente dicho, donde la gata se muestra receptiva a los machos y puede quedar preñada si es montada, debido a que su ovulación es inducida por el apareamiento.
Si la gata no se aparea, entra en la fase de interestro, un periodo de descanso de 8 a 15 días antes de volver a entrar en celo. En caso de que haya ovulado, pero no haya quedado preñada, entra en diestro, un descanso más prolongado de hasta 45 días. Finalmente, el anestro es un periodo de inactividad reproductiva que puede durar hasta 90 días, generalmente durante los meses con menos luz.
En cuanto a la cantidad de crías, las gatas primerizas suelen tener camadas más pequeñas, con un promedio de cuatro gatitos o menos. En camadas más grandes, es común que algunos gatitos nazcan sin vida o que el parto se prolongue más de lo habitual.
Cómo saber si una gata está embarazada
Los síntomas de una gata embarazada incluyen mamas hinchadas y rosadas, cambios en el comportamiento, aumento del apetito y posibles vómitos. Es crucial llevar a la gata al veterinario ante cualquier sospecha de embarazo para asegurar su salud y la de los futuros gatitos. Durante el embarazo, se recomienda proporcionar agua fresca, comida de calidad y un lugar tranquilo para descansar, además de realizar revisiones veterinarias periódicas.
El parto de una gata se divide en tres fases: la primera incluye contracciones iniciales y secreción vaginal; la segunda es el nacimiento de las crías, que pueden nacer cada media hora; y la tercera es la expulsión de las placentas. El proceso completo suele durar entre tres y cinco horas.
Después del parto, las gatas se vuelven más protectoras y pueden cambiar a sus cachorros de lugar con frecuencia. Se recomienda preparar varios espacios cómodos en la casa para facilitar este comportamiento. A los tres meses, los gatitos son casi independientes, y la gata puede quedar embarazada nuevamente.