Si alguna vez hemos visto una tabla periódica, sabremos que hay un número limitado de elementos que componen toda la realidad que nos rodea. A día de hoy, hay 118 elementos, un número que se ha ido ampliando en los últimos años. Ahora bien, se suele considerar -sobre todo si nos atenemos a lo que hay en nuestro planeta y no lo que se ha encontrado en otras estrellas- que, en estado natural, solo pueden encontrarse 90, siendo el último de estos el Uranio.
Los otros 28 elementos se conocen como sintéticos, es decir que necesitan ser creados artificialmente. Sobre esto, recientemente hemos podido ver al químico canario Aythami Soto explicar en el pódcast The Wild Project que estos elementos artificiales “se encontraron en las primeras explosiones atómicas, en la nube de humo que se formaba”. En las zonas en las que se detonaba la bomba, pasaba un avión recogiendo partículas del aire.
Sin embargo, Aythami advierte que todos estos elementos son muy inestables, por lo que tardan muy poco en extinguirse si no se interviene en ellos. “El más estable de todos puede durarte unos 140 días”. Es entonces cuando el químico señala el Californio, elemento que ocupa el puesto número 98 de la tabla periódico. “El californio se usa para activar reactores nucleares”, explica en el pódcast.
Un tesoro millonario con el que hay que tener mucho cuidado
Es en este punto donde entra una variedad concreta del californio, el isótopo californio-252. Este tipo de metal actínido radiactivo se produce solo en dos laboratorios: el Laboratorio Nacional Oak Ridge en Estados Unidos y el Instituto de Investigación de Reactores Atómicos de Rusia. Para que nos hagamos una idea de lo difícil que es fabricarlo, basta decir que en el país norteamericano, solo se sintetizan unos 400 o 500 miligramos cada año. Eso sí, por esa ínfima cantidad se pagan millones de dólares: actualmente, se estima que el precio del gramo del californio se sitúa por encima de los 25 millones de euros el gramo, 400 veces más de lo que se paga por el diamante.
Eso sí, la razón por la que este metal es tan valioso es la misma que por la que es tan peligroso: la radiación de neutrones. Los neutrones forman, junto con los protones, el núcleo de los átomos de californio. Es el hecho de expulsar estas partículas lo que hace que se genere el arranque de los reactores nucleares. Al mismo tiempo, Aythami explica que “los neutrones tienen la capacidad de volverte a ti radiactivo: pueden hacer que el sodio de tu cuerpo sea radiactivo”, razón por la que los lugares en los que se utiliza son también considerados muy peligrosos.