Qué es el aquaplaning, el motivo por el que los neumáticos del coche dejan de responder tras el contaco con el agua

Cuando el vehículo pierde adherencia con el pavimento, incluso a bajas velocidades, los neumáticos no logran evacuar toda el agua de la calzada

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Varias personas limpian entre coches amontonados en Alfafar tras el paso de la DANA. (Carlos Luján./ Europa Press)
Varias personas limpian entre coches amontonados en Alfafar tras el paso de la DANA. (Carlos Luján./ Europa Press)

Cuando llueve intensamente y las llantas de un automóvil entran en contacto con una lámina de agua, puede ocurrir un fenómeno que transforma la dinámica de la conducción: el aquaplaning. Este fenómeno es una de las situaciones de riesgo más comunes y peligrosas que pueden experimentar los conductores bajo condiciones de lluvia y que se han visto en la catástrofe provocada por la DANA que ha azotado a varias comunidades de España.

Cuando el vehículo pierde adherencia con el pavimento, incluso a bajas velocidades, los neumáticos no logran evacuar toda el agua de la calzada. Este escenario puede ser dramático: los neumáticos dejan de responder y el automóvil queda momentáneamente fuera de control, deslizándose sobre el agua sin que el conductor pueda maniobrarlo eficazmente.

Algunas calles empiezan a inundarse en la ciudad de Málaga (Vídeo cedido a Infobae España)

El aquaplaning ocurre cuando se acumula una cantidad suficiente de agua en la carretera y la presión del neumático no es capaz de desplazarla completamente. Esto crea una fina capa de agua entre el neumático y la superficie de la carretera. Entre los factores clave que propician esta pérdida de tracción están la velocidad a la que se circula, la cantidad de agua acumulada, el estado y tipo de neumáticos, y las características del pavimento. Las causas son las siguientes:

  • Velocidad: cuanto mayor es la velocidad, menos tiempo tiene el neumático para evacuar el agua. A velocidades superiores a los 80 km/h, las probabilidades de sufrir aquaplaning aumentan exponencialmente.
  • Cantidad de agua: la profundidad de la capa de agua es un factor determinante. Aunque una ligera capa de agua ya puede hacer que los neumáticos pierdan agarre, cuando esta alcanza un par de milímetros, el riesgo de aquaplaning se incrementa considerablemente.
  • Estado de los neumáticos: neumáticos desgastados o con baja presión incrementan el riesgo de aquaplaning, pues las ranuras son menos profundas y, por ende, menos eficaces para canalizar el agua hacia fuera.
  • Tipo de pavimento: las carreteras en mal estado o con superficie muy lisa no ayudan a drenar adecuadamente el agua, aumentando las posibilidades de un deslizamiento incontrolable.

Cómo afecta el aquaplaning a la respuesta del vehículo

Cuando ocurre el aquaplaning, la capacidad de frenado y de dirección disminuye drásticamente. Esto se debe a que los neumáticos pierden el contacto directo con el asfalto, lo que hace que el vehículo, en esencia, “flote” sobre la carretera. En este estado, el control del automóvil queda prácticamente anulado y cualquier intento de maniobra puede resultar ineficaz hasta que las llantas recuperen el contacto con el pavimento.

Unas personas caminan por una calle cubierta de lodo y llena de coches amontonados tras las intensas lluvias por la fuerte dana que afecta especialmente el sur y el este de la península ibérica, este miércoles en Valencia. EFE/Manuel Bruque
Unas personas caminan por una calle cubierta de lodo y llena de coches amontonados tras las intensas lluvias por la fuerte dana que afecta especialmente el sur y el este de la península ibérica, este miércoles en Valencia. EFE/Manuel Bruque

Medidas para prevenir el aquaplaning

Prevenir el aquaplaning no siempre es posible, pero hay varias medidas que pueden ayudar a reducir las probabilidades de sufrirlo:

  • Reducir la velocidad en carreteras mojadas, incluso por debajo de los límites de velocidad establecidos, ya que esto permite a los neumáticos evacuar el agua más eficientemente.
  • Mantener los neumáticos en buen estado: Revisar la profundidad de la banda de rodadura y mantener la presión adecuada, según las recomendaciones del fabricante.
  • Evitar maniobras bruscas: En condiciones de lluvia, es fundamental frenar y girar de forma suave y progresiva, evitando cualquier cambio repentino en la dirección o la velocidad.
  • Aumentar la distancia de seguridad: Esto da tiempo para reaccionar y detener el vehículo de manera segura, en caso de necesitar frenar de emergencia.
  • Elegir neumáticos específicos para lluvia: En zonas con precipitaciones frecuentes, utilizar neumáticos que ofrezcan mejor tracción sobre mojado puede reducir considerablemente el riesgo de aquaplaning.
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