Los 669 militares españoles desplegados en Líbano volverán a casa en los próximos días, pero serán reemplazados por un nuevo contingente compuesto por otros 600 efectivos. Así, tras algo más de seis meses, los más duros y peligrosos en los últimos años de la misión de paz que Naciones Unidas lleva a cabo esta parte del mundo (Unifil), la Brigada ‘Aragón’ cederá el testigo a la Brigada ‘Guzmán El Bueno’ X.
El despliegue español se ha centrado en el patrullaje y la vigilancia de la línea de separación entre Israel y Líbano, en coordinación con las Fuerzas Armadas Libanesas, tarea que ha estado marcada por los constantes ataques de un lado y otro de la frontera, que ha obligado a los soldados a permanecer en varias oportunidades refugiados en los búnkeres de la base Miguel de Cervantes, ubicada cerca de la localidad de Marjayún. Sin embargo, la situación ha llegado a un punto crítico tras la decisión de las fuerza israelíes de cruzar hacia Líbano para combatir al grupo terrorista Hezbollah.
El contingente español en Líbano es uno de los más importantes y está destinado a diversas tareas dentro de la misión. Además de las patrullas, los efectivos españoles tienen presencia en los puestos de mando de la misión en Naqoura, donde se encuentra el cuartel general de la fuerza, y donde España también tiene asignados varios puestos clave para oficiales y suboficiales del Ejército de Tierra. De hecho, el actual jefe de Unifil es el general español Aroldo Lázaro.
Relevo escalonado
El contingente que ahora toma el relevo llegará a Líbano de forma escalonada, en tres rotaciones que comenzarán este jueves, y estará liderado por el general Fernando Ruiz Gómez. La mayor parte los 600 soldados que lo componen proceden de las unidades de la Brigada ‘Guzmán El Bueno, Regimiento Acorazado ‘Córdoba’ 10, Regimiento de Infantería ‘La Reina’ 2, Regimiento de Infantería ‘Garellano’ 45, Grupo de Artillería de Campaña Autopropulsada, Grupo Logístico X, Batallón de Zapadores X y Batallón de Cuartel General X.
Además, cuenta con el apoyo de una unidad logística perteneciente a la Agrupación de Apoyo Logístico 21 de Sevilla, y personal de otras unidades del Ejército, entre las que se citan por aportar capacidades, el Regimiento de Defensa NBQ (Nuclear, Biológica y Química) “Valencia” 1, los Regimientos de Transmisiones 21 y 22, el ROI (Regimiento de Operaciones de Información) y la AGRUSAN 1 (Agrupación de Sanidad), Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, a los que se suman militares de los ejércitos de Brasil, Serbia y El Salvador.
La misión en Líbano
Unifil fue creada, en 1978, con el objetivo primordial de responder a una situación crítica en el sur del país, donde la retirada de las fuerzas israelíes debía ser verificada tras años de ocupación. Este fue el inicio de una de las misiones de paz más prolongadas de la ONU, diseñada no solo para garantizar la salida de las tropas extranjeras, sino también para restablecer la paz y la seguridad internacionales en una región azotada por conflictos. Durante los primeros años, Unifil jugó un papel crucial en ayudar al Gobierno del Líbano a recuperar el control efectivo de su territorio, particularmente en áreas donde la presencia de grupos armados había debilitado su autoridad.
A lo largo de las décadas, los objetivos iniciales de la misión tuvieron que ajustarse a medida que la situación en el terreno evolucionaba. En 1982, la invasión israelí del Líbano supuso un desafío importante para Naciones Unidas, que se vio obligada a modificar el enfoque de la misión para adaptarse a los nuevos frentes de conflicto. En el año 2000, con el retiro final de las tropas israelíes del sur del Líbano, el mandato de Unifil fue nuevamente actualizado.
Sin embargo, fue en 2006, tras la violenta guerra entre Israel y Hezbollah, cuando la misión experimentó uno de sus cambios más significativos. La ONU, a través de la Resolución 1701, reforzó el rol de Unifil, asignándole nuevas tareas que iban más allá de la simple observación de la retirada de tropas, y ampliando su mandato para incluir la supervisión del cese de las hostilidades y el apoyo logístico y estratégico a las Fuerzas Armadas Libanesas.
Entre sus nuevas responsabilidades estaba la coordinación directa con los gobiernos del Líbano e Israel para supervisar la retirada israelí, además de asegurar que el acceso humanitario a las poblaciones civiles afectadas se mantuviera abierto y que el regreso voluntario de los desplazados se hiciera en condiciones de seguridad. La resolución 1701 también otorgó a Unifil el mandato de ayudar al gobierno libanés a establecer una zona libre de personal armado no autorizado entre la Línea Azul (frontera de facto entre Israel y Líbano) y el río Litani, crucial para evitar la escalada de tensiones.