Uno de los factores que podrían considerarse como indicador de la calidad de vida de una determinada ciudad o país es el funcionamiento de su transporte público. El alcance de la red ferroviaria y de autobuses, la modernización de los vehículos, la frecuencia de llegadas y la puntualidad de las diferentes líneas disponibles o el número de incidencias que son potenciales causas de retrasos, sirven a los usuarios para hacerse una idea sobre el rendimiento de autobuses, trenes de media o larga distancia o tranvías. En España, son habituales las quejas de usuarios, a través de redes sociales, sobre las averías y retrasos que experimenta Renfe Cercanías, debido a las incidencias semanales que ocurren en ciudades como Madrid o Barcelona.
Puntualidad exacta en Suiza
Siempre se ha dicho -de forma acertada o no- que la puntualidad es una característica inherente a los países centroeuropeos y noreuropeos (Alemania, Noruega o Suiza). En cambio, los países del sur de Europa o los mediterráneos son todo lo contrario: la puntualidad brilla por su ausencia. Según el informe Rail Market Monitoring de la Comisión Europea, España se encuentra en sexta posición en puntualidad de la alta velocidad con un 91%, en una clasificación liderada por países como Lituania, Letonia o Países Bajos.
En lo que respecta a trenes regionales, España baja hasta la novena posición con un 93% de puntualidad. Los países que ocupan los puestos de cabeza son Estonia, Letonia y Lituania.
Una española que vive en Suiza ha querido transmitir las diferencias que observa entre el transporte público suizo y el español. En el vídeo, publicado en TikTok, la mujer llega a la parada a la hora exacta a la que pasa el autobús y, pese a ello, no consigue subirse. “Son las 16:22. Es que ni un segundo, macho. Es que lo he visto irse en mi cara. La puntualidad en Suiza no es una broma. Igualito, igualito que Renfe, ¿verdad?”, explicaba la mujer española.
¿Te pueden despedir si llegas tarde por culpa del transporte público?
El transporte público es, a veces, el único medio de transporte del que disponen los trabajadores para acudir a su lugar de trabajo; hay trabajadores que no pueden permitirse comprar un coche particular, sobre todo si las condiciones laborales no son las más favorables. Si el transporte público sufre un retraso un día, el empleado no tendrá ningún problema en comunicárselo al jefe. Pero, si esta circunstancia ocurre a menudo, el trabajador puede temer que sus llegadas tardías tengan consecuencias laborales.
El portal jurídico Colectiva Ronda aclara que llegar tarde al trabajo “representa un incumplimiento de las obligaciones y conlleva la posibilidad de ser sancionados en función de la gravedad de los hechos, teniendo en cuenta que la actuación empresarial debe modularse para ser proporcional al agravio sufrido y contener una correcta valoración de la frecuencia del incumplimiento”. De esta forma, los retrasos en la llegada al trabajo se pueden castigar por medio de 3 formas:
- Descuento en la nómina equivalente al tiempo de retraso.
- Amonestación o sanción de salario y ocupación
- Despido disciplinario.
Siendo el despido la forma de actuación empresarial más grave, el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores explica que pueden ser causa de despido disciplinario “las faltas repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad al trabajo”. Así, en los casos específicos de retrasos por culpa del transporte público, Colectiva Ronda recomienda a los trabajadores “pedir un justificante” que acredite que la falta de puntualidad es completamente ajena a la voluntad de los afectados.