Nuevo caso de intento de sumisión química: condenada una española por pinchazos a dos jóvenes en un festival en Francia

La seguridad encontró en su sostén la aguja que la incriminaba durante el festival que se celebraba en la ciudad de Vosgos

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Pinchazo.  (EFE/EPA/Guillaume Horcajuelo)
Pinchazo. (EFE/EPA/Guillaume Horcajuelo)

El fenómeno de los pinchazos en las fiestas es una de las preocupaciones más grandes que los hoteleros y las fuerzas de seguridad tienen. A pesar de que su auge fue en el año 2022, donde se sucedían los casos, ahora esto sigue ocurriendo, aunque en menor medida. Las personas están más concienciadas y van con más precaución, además de ser ahora una sociedad más unida y donde se ayudan unos a otros.

Sin embargo, estos casos de gente que busca someter químicamente a jóvenes aún sigue siendo una preocupación. El último caso conocido es el de una española que ha sido condenada en Francia por recurrir a ello en una fiesta en Vosgos. La mujer se encontraba en el festival de Sova Party, en el que se reunieron 700 personas, de las que dos personas se quejaron de pinchazos en cuello y nalga, según informa Le Parisien.

Pillada por su sostén

La mujer, presunta agresora en el momento de la agresión, se excusaba con expresiones que intentaban argumentar no haber sido ella la culpable y no portar nada consigo. Sin embargo, la española no decía la verdad, como así se demostró. La seguridad del festival consiguió tener acceso a su sostén, donde se encontró la mejor prueba posible: la aguja del delito. Por tanto, ese hecho ya la incriminaba por completo como, al menos, la máxima potencial cometedora del delito.

Aguja.  (EFE/EPA/BAGUS INDAHONO)
Aguja. (EFE/EPA/BAGUS INDAHONO)

Una vez descubierto el objeto con el que se cometieron los pinchazos, la mujer decidió seguir en busca de atenuantes y excitantes, donde alegó que eso no era suyo. Según ella, “su vecina en la carpa del festival le escondió la aguja”. Sin embargo, la acusada pudo ser identificada gracias a una foto de redes sociales y al testimonio de algunos testigos allí presentes, que vieron como su actitud era un tanto agresiva, especialmente en el momento de su detención.

Decisión judicial

Tras ser arrestada e identificada por la policía, la acusada fue retenida hasta que se detallaran más cosas de lo sucedido. Una vez se avanzó en la investigación se juzgó a la española. En ese proceso, la acusada defendió su inocencia, donde no reconoció ser ella la que realizó los pinchazos a pesar de portar ella el objeto del delito. “Ella niega su responsabilidad, pero ninguno de sus argumentos es creíble”, describe el fiscal. “Las dos víctimas lo describen. Podría tratarse de un delito facial, pero le encontramos la jeringa”, añade Jean-Emmanuel Besset.

Juez, jugado, mazo.  (Europa Press)
Juez, jugado, mazo. (Europa Press)

En el lado contrario, la defensa de la española alegaba que no podía fiarse de los testimonios de las dos personas, bajo el argumento de que son toxicómanos. “Las víctimas reconocieron a la persona de la foto, pero ¿era ella?”, comenzó el abogado. “Tenemos dos señores que son drogadictos. Uno dice que es alta, el otro dice que es pequeña”, añade el letrado. A pesar de ese contrargumento, los magistrados no tuvieron dudas en el fallo, puesto que se decidió una sentencia de seis meses de prisión para ella por el Tribunal de Epinal.

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