Con la llegada del invierno, las bajas temperaturas pueden afectar el rendimiento de los vehículos, especialmente en el momento de arrancar. La Dirección General de Tráfico (DGT) explica que uno de los componentes más afectados por el frío es la batería, que debe realizar un esfuerzo adicional para encender el motor y mantener operativos algunos sistemas eléctricos del coche. Pero, ¿cómo funciona el arranque de un coche y qué podemos hacer para protegerlo del invierno?
La clave es el motor de arranque, que es la pieza fundamental para arrancar cualquier vehículo con motor de combustión. Este dispositivo electromecánico permite que el motor principal arranque mediante la puesta en movimiento de sus componentes iniciales. Esencialmente, funciona como el sistema que despierta al motor del automóvil para comenzar su funcionamiento normal.
El motor de arranque convierte la energía eléctrica de la batería del coche en energía mecánica. Esta conversión permite que el motor gire a una velocidad inicial suficiente para que comience el proceso de combustión en los cilindros, mediante la chispa generada por las bujías. Una vez que el motor logra mantener su funcionamiento autónomo, el motor de arranque se desactiva, habiendo cumplido su función.
Componentes del motor de arranque
El motor de arranque tiene varias partes fundamentales y cada una de estas piezas trabaja en conjunto para que el motor de arranque funcione de manera óptima, facilitando el encendido del motor sin problemas. Entre sus piezas destacan:
- El inducido: Es la parte giratoria del motor de arranque y tiene enrollado un alambre de cobre que crea un campo magnético al recibir corriente eléctrica.
- El conmutador: Este componente se encuentra conectado al inducido y facilita el paso de corriente al embobinado, permitiendo la creación del campo magnético.
- La bobina de campo: Produce un campo magnético fijo que interactúa con el campo creado en el inducido, generando la fuerza necesaria para el giro.
- El bendix: Este es un mecanismo que acopla el motor de arranque con el volante del motor del vehículo. Permite que el motor de arranque impulse al motor principal, pero se desacopla una vez que el motor empieza a funcionar.
- El solenoide: Actúa como un interruptor que permite el paso de corriente desde la batería hacia el motor de arranque. También impulsa al bendix hacia el volante para iniciar el movimiento del motor.
Consejos para arrancar tu coche en invierno
Para evitar un sobreesfuerzo de la batería, la DGT recomienda apagar todos los sistemas a bordo que consumen energía antes de intentar arrancar el vehículo. Esto incluye elementos como la radio, la calefacción y, especialmente, las luces, ya que son grandes consumidoras de energía. Además, si el coche está equipado con volante o asientos calefactables, es aconsejable apagarlos antes de encender el motor, aunque en muchos vehículos estos sistemas no se pueden activar hasta que el coche está en marcha.
El mantenimiento preventivo también es fundamental. La DGT sugiere verificar regularmente el estado de la batería para asegurarse de que esté en óptimas condiciones. Esto no solo facilitará el arranque en climas fríos, sino que también prolongará la vida útil de la batería y evitará problemas inesperados en el camino.
Además de cuidar la batería, es importante considerar otros aspectos del vehículo que pueden verse afectados por el frío. Por ejemplo, el aceite del motor puede espesarse a bajas temperaturas, lo que dificulta su circulación y, por ende, el arranque del motor. Por ello, es recomendable utilizar aceites de motor adecuados para el invierno, que mantengan su fluidez incluso en condiciones extremas.
El coste de reparación de un motor de arranque puede variar según el tipo de vehículo, la mano de obra y los repuestos requeridos. En general, una reparación básica del motor de arranque puede oscilar entre 50 y 200 euros, dependiendo de si es un ajuste o una sustitución de componentes menores. Sin embargo, si es necesario reemplazar el motor de arranque completo, el precio puede elevarse hasta entre 300 y 600 euros. Estos gastos también dependen de la marca y el modelo del automóvil, así como de las tasas de la región y los talleres mecánicos locales.