Una empleada con menor sueldo que compañeros hombres de su categoría demanda a su empresa para ver los salarios y la Justicia le da la razón: cobraba un 30% menos

Sophie recurrió a los tribunales después de que su jefe le confirmara que no recibiría el mismo salario que un compañero de trabajo hombre, un hecho que ella percibió como injusto y discriminatorio

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La desigualdad salarial entre hombres y mujeres llega a los tribunales en Francia. (Freepik)
La desigualdad salarial entre hombres y mujeres llega a los tribunales en Francia. (Freepik)

La batalla por la igualdad salarial ha dado un paso significativo en Francia con una reciente sentencia que permite a los empleados solicitar acceso a las nóminas de sus compañeros en casos de sospecha de desigualdad salarial. Este fallo histórico fue inspirado por el caso de Sophie (nombre ficticio), una trabajadora con más de 20 años de experiencia y educación avanzada que descubrió que su salario era hasta un 30% inferior al de sus compañeros hombres en un puesto de dirección dentro de una gran empresa de inversiones.

Sophie recurrió a los tribunales después de que su jefe le confirmara que no recibiría el mismo salario que un compañero de trabajo hombre, un hecho que ella percibió como injusto y discriminatorio. “Fue mi jefe quien me dijo: ‘Claro, no tendrás el mismo salario que esa persona’. Cuando alguien con mucha confianza te dice esto casi con una sonrisa... somos reconocidas por nuestras responsabilidades, pero como somos mujeres a muchas personas les parece natural que ganemos menos. Es difícil”, ha asegurado en declaraciones recogidas por FranceInfo. Este comentario, realizado con aparente normalidad, subrayó la naturalización de la brecha salarial de género que Sophie y muchas otras mujeres enfrentan en sus lugares de trabajo.

Sólo las mujeres menores de 25 años ganan más salario que los hombres de su edad en España.

La determinación de Sophie la llevó a contratar a un abogado y exigir a su empresa acceso a las nóminas, petición que inicialmente fue denegada bajo el pretexto de proteger la privacidad de los empleados. La negativa de la empresa fue el punto de partida de un litigio que alcanzó el Tribunal de Apelación y, posteriormente, el Tribunal de Casación. Este último reafirmó el derecho de Sophie a obtener las pruebas necesarias para demostrar la discriminación salarial, estableciendo un precedente legal crucial.

La sentencia del Tribunal de Casación es vista como un avance significativo en la lucha por la igualdad de género en el ámbito laboral. Paul Estival, abogado de Sophie, destacó el carácter innovador de esta herramienta legal, que ofrece a las empleadas un mecanismo más efectivo para desafiar prácticas salariales desiguales. No obstante, Estival advierte que la obtención de nóminas no garantiza una victoria automática, ya que los acuerdos pueden justificar las diferencias salariales por razones de antigüedad o mérito, siempre que puedan proporcionar elementos objetivos.

Reticencia para publicar prácticas salariales

El caso de Sophie marca un hito en la legislación laboral francesa, pero también expone las dificultades persistentes en la implementación y aplicación de estos derechos. Según Elise Fabing, otra abogada implicada en estos asuntos, muchas empresas prefieren llegar a acuerdos amistosos para evitar la publicación de sus prácticas salariales discriminatorias. Fabing subraya que, a pesar del avance judicial, el fallo no es suficiente para desalentar completamente a las empresas, debido a la falta de sanciones significativas para aquellos que continúan promoviendo la inequidad salarial.

Activistas promueven la igualdad de salario entre hombres y mujeres. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Activistas promueven la igualdad de salario entre hombres y mujeres. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, en contexto con el informe del boletín feminista Les Glorieuses, que denuncia una brecha salarial del 14,9% entre hombres y mujeres, la sentencia cobra aún más relevancia. Este informe establece un momento simbólico a partir del cual, en términos financieros, las mujeres comienzan a “trabajar gratis” en comparación con sus colegas masculinos, una metáfora poderosa que busca generar conciencia sobre las disparidades económicas persistentes.

La lucha de Sophie es representativa de un problema más amplio que afecta a numerosas mujeres alrededor del mundo. A través de su valentía y su decisión de no ceder ante la discriminación, Sophie ha contribuido significativamente a la causa de la igualdad de género, inspirando a otras mujeres a defender sus derechos ya exigir un trato justo en el lugar de trabajo. La jurisprudencia obtenida de su caso no solo empodera a las trabajadoras, sino que también pone presión sobre las empresas para revisar y, en última instancia, corregir prácticas salariales discriminatorias.

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