España está en camino de prohibir los teléfonos en todas las aulas de primaria y limitar su uso en secundaria. En enero, el Consejo Escolar del Estado aprobaba, con el beneplácito de las comunidades autónomas y el Gobierno, recomendar la restricción del uso de los móviles en los centros escolares, una medida que ya se aplica en regiones como en la Comunidad de Madrid, Galicia, Andalucía, la Región de Murcia y Castilla-La Mancha, y que muchas otras autonomías han empezado a tramitar.
El debate ha requerido años, pero finalmente, las autoridades han optado por limitar su uso en el entorno educativo. No obstante, los expertos señalan que esta medida no es suficiente. Para muchos, los problemas de adicción, de acceso a contenido no apropiado, de ciberacoso o de desarrollo de los problemas con la imagen propia y la autopercepción, no se acaban por apartar la mirada del móvil durante las horas de clase.
En este sentido, el Gobierno está trabajando para que los dispositivos digitales para menores tengan un control parental preinstalado de serie para garantizar su protección. Una medida que se incluye en el anteproyecto de Ley para la Protección de la Infancia y la Adolescencia en Entornos Digitales, en la que han trabajado de manera conjunta los Ministerios de Juventud e Infancia, Presidencia y Justicia, y Transformación Digital.
La nueva norma pretende consagrar los derechos de los menores de edad en los entornos digitales frente a peligros como el acoso, así como garantizar el acceso y la navegación segura en la red. No obstante, esta ley tampoco garantiza una protección completa, ya que el sistema de protección no abarca todos los canales por los que los jóvenes llegan al contenido violento o pornográfico. Tampoco se evitan los problemas de imagen que pueden desarrollar los más pequeños al ver a través de la pantalla vidas y cuerpos irreales. Ni pone remedio al acoso escolar, porque los chats de las redes sociales son privados e inabarcables. De manera que los niños y adolescentes siguen expuestos.
Empezar un nuevo camino desde la educación
“Soy rígido sobre el uso de los teléfonos móviles porque estoy convencido de que representan un problema real para las nuevas generaciones, los adultos, la escuela así como los padres, tenemos el deber de enseñar lo que está bien y lo que está mal, pero también cuánto la tecnología corre el riesgo de convertirse en un problema si se usa de manera incorrecta”. Son las palabras de la directora de la escuela italiana Marco Polo, Giuliana Pirone, que ha decidido prohibir los teléfonos en el centro, conforme cuenta a La Nazione.
La directora de la escuela italiana tiene las ideas claras sobre la tecnología y la escuela. Sus alumnos tienen que hablar sin teléfonos de por medio. Si los estudiantes organizan un grupo en su vida privada, no está en las facultades de la escuela prohibirlos, pero las reglas de la escuela, al menos durante las horas de enseñanza, son estrictas: no hay chats para comunicar los asuntos de clase, ni con los profesores ni con los padres.
“Tengo la intención de activar cursos de teatro, ajedrez, música - explica el director Pirone - para que los niños y jóvenes tengan la oportunidad de interactuar, de entenderse incluso con el lenguaje no verbal y crecer juntos. Los recursos están ahí y los profesores competentes también. Siempre he prohibido el uso de teléfonos celulares en la escuela porque te impiden hacer amigos, he visto niños en preescolar con perfiles personales de TikTok, es un problema real”, asegura el director, que pretende abrir una vía que los jóvenes parecen haber dejado de lado: la de mirarse cara a cara-