El príncipe Antonio Orleans-Braganza (29 de noviembre de 1918), heredero de la casa imperial de Brasil, ha fallecido a sus 74 años este viernes, 8 de noviembre de 2024. El estado de salud del sexto hijo del emperador Pedro Henrique de Orleans-Braganza y la princesa María Isabel de Baviera se había deteriorado significativamente los últimos meses. Tanto es así que desde el pasado mes de julio permanecía ingresado en un hospital de Río de Janeiro debido a una insuficiencia respiratoria.
La salud del príncipe empezó a empeorar a raíz de un prolongado ingreso en cuidados intensivos por la COVID-19, enfermedad vírica que contrajo en 2020. Desde entonces, ha tenido sucesivos problemas respiratorios, siendo en julio de 2024 cuando su estado volvió a resentirse. Su fallecimiento ha marcado una nueva etapa para la rama Vassouras de la familia imperial, en la que él era heredero dinástico.
El príncipe Antonio nació en el seno de una de las familias nobiliarias más destacadas de su región. Él fue el sexto de los once hermanos que, como él, compartían un profundo respeto y compromiso hacia la historia monárquica brasileña. A diferencia de otros miembros de su generación, algunos de los cuales quedaron excluidos de la línea dinástica por renuncias voluntarias o por sus matrimonios con plebeyos, Antonio supo mantener sus derechos sucesorios hasta el final de sus días.
El príncipe Luiz, su hermano mayor, fue emperador titular de Brasil hasta su muerte en 2022. No obstante, el royal brasileño no contaba con una descendencia, por lo que, la jefatura de la familia cayó en manos de Bertrand, el tercer hermano. Fue este último, de 83 años y sin hijos, quien convirtió a Antonio en heredero a la línea imperial, consolidando el lugar de sus descendientes como futuros titulares.
Así era la vida del príncipe Antonio
El hasta ahora heredero de la familia imperial de Brasil dedicó gran parte sus días a su faceta profesional, pues se formó en áreas relativas a la creatividad y a la técnica para sacar a relucir sus grandes dotes como ingeniero y pintor.
En el terreno amoroso, en 1981 contrajo matrimonio con la princesa Christine de Ligne, miembro de las familias nobiliarias más reconocidas de Bélgica. Su boda tuvo un matiz también monárquico, pues simbolizó una unión histórica y dio lugar a una descendencia destinada a continuar la tradición imperial brasileña.
Poco tiempo después de haberse dado el ‘sí, quiero’, la pareja formó una familia con la llegada de sus cuatro vástagos: Pedro Luiz, quien falleció trágicamente en un accidente aéreo en 2009, Rafael, Amelia y María Gabriela. Con la muerte de su padre, el segundo de sus descendientes, de 38 años, se convierte en el nuevo príncipe imperial de Brasil y en el legítimo heredero al título, mientras que Amelia, casada con James Spearman, no tiene posibilidad de acceder al trono. Ahora, tras la muerte del príncipe Antonio, será Rafael el encargado de guiar y mantener el legado familiar que le ha dejado su padre, asumiendo el trono en la línea imperial brasileña.