En enero de 2024, durante un control rutinario en una carretera cercana a Jargeau, se produjo un descubrimiento inesperado que dejó a Jacky Plasson, un residente de La Ferté-Saint-Aubin, sorprendido e incrédulo. A Plasson se le informó que su permiso de conducir era inválido desde 1987, un hallazgo que surgió de un error administrativo que lo había dejado conduciendo, sin saberlo, durante 37 años con un permiso no válido, según la información recogida por La République du Centre.
Para entender la magnitud del error, debemos remontarnos a 1982, cuando Plasson obtuvo su licencia de conducir. Desde entonces, había acumulado una sólida experiencia al volante, tanto en su vida personal como en su trabajo. Plasson había trabajado durante 28 años como cartero en Marcilly-en-Villette, un empleo que dependía crucialmente de su capacidad para conducir. A lo largo de su vida como conductor, no había registrado incidentes graves. Sin embargo, el control policial reveló que su permiso no había sido prorrogado debido a un error en 1987. En ese momento, su permiso B, el cual le permitía conducir un turismo, fue suspendido erróneamente junto con su permiso E, que era temporal y para vehículos con remolque pesado.
Le acusaron de consumir alcohol o drogas mientras conducía
El descubrimiento del error desencadenó una serie de eventos que intensificaron la frustración de Plasson. A raíz del hallazgo, las autoridades le acusaron inicialmente de consumir alcohol o drogas mientras conducía, lo que llevó a que se le prohibiera conducir de inmediato. Los primeros intentos de resolver la situación con la policía fueron complicados, ya que no solo debía demostrar la validez de su permiso, sino también enfrentar sospechas infundadas sobre su conducta al volante. Se le remitió a un examen médico para descartar el consumo de sustancias ilegales.
A pesar de estas dificultades, Plasson demostró su perseverancia al reunir una serie de documentos que confirmaban el error administrativo. Armado con una ficha de información completa que certificaba su inocencia y buena fe, Plasson, junto a su esposa Laurence, se enfrentaron a un largo proceso burocrático para recuperar su derecho a conducir. Durante semanas, la pareja navegó por numerosos trámites antes de lograr una resolución satisfactoria.
Finalmente, a finales de septiembre, la pesadilla llegó a su fin cuando, con la amenaza de involucrar a un abogado especialista, las autoridades le devolvieron su permiso junto a una disculpa por el retraso en solucionar el problema. Sin embargo, el incidente no pasó desapercibido. Además de verse privado de la capacidad de conducir durante esos meses, Plasson también tuvo que afrontar una multa y la pérdida de tres puntos en su licencia como resultado del control original en enero. Aunque oficialmente ha recuperado su derecho a conducir, Plasson aún está inmerso en procesos para que le sean devueltos tanto la multa como los puntos perdidos.
Este episodio no solo limitó la movilidad de Plasson durante sus primeros meses de jubilación, sino que también le dejó un sabor amargo. Plasson, quien siempre había considerado la conducción como una parte integral de su vida, se encontró de repente enfrentando un error del pasado que puso a prueba su paciencia y determinación.