El exjefe de bomberos de Marcillac-la-Croisille, en Corrèze, Alain Tabaste, de 63 años, ha sido condenado a cinco años de prisión, de los cuales dos están suspendidos, por haber provocado seis incendios intencionados entre 2020 y 2022. El tribunal judicial de Tulle emitió la sentencia tras una audiencia en la que el acusado justificó su accionar alegando la necesidad de “estrechar los vínculos” de su equipo de unos 25 voluntarios, como ha avanzado el medio francés Franceinfo.
Sus compañeros de servicio lo describieron lo ocurrido como “insospechado” y aseguran que un “buen director de centro”. Sin embargo, el tribunal rechazó su argumento de que los incendios se iniciaron por la necesidad de garantizar el buen funcionamiento del centro de emergencia. “Los gendarmes no cometen robos para garantizar la cohesión de la brigada”, afirmó el presidente del tribunal, desestimando la justificación de Tabaste.
Los hechos juzgados comenzaron en la primavera de 2022, cuando el 22 de marzo se declararon dos incendios en Eyrein, cerca de Tulle, que destruyeron entre cinco y seis hectáreas de bosque. Las llamas, impulsadas por fuertes ráfagas de viento de más de 50 kilómetros por hora, se propagaron rápidamente por el terreno montañoso y la vegetación, movilizando a más de 110 bomberos, incluidos los de Marcillac-la-Croisille. El primer incendio tuvo lugar alrededor de las 12:30 horas, el segundo alrededor de las 13:00 horas.
Tabaste fue suspendido de sus funciones
Dos días después, el 25 de marzo, se registraron nuevos incendios en Gimel-les-Cascades y, más tarde, en Sexcles. En el juicio, también se destacó un incendio ocurrido en Espagnac en abril de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia, que afectó 38 hectáreas. Aunque Tabaste negó su implicación en este último, admitió haber provocado otro fuego ese mismo día, a unos diez kilómetros de distancia. “La ley me va a castigar, lo entiendo, hice mal, pero quiero ser castigado por lo que cometí”, declaró durante la audiencia.
Maître Dominique Val, abogado de la parte civil, criticó la falta de reconocimiento del acusado sobre las consecuencias del incendio en Espagnac, que fue el más dañino de todos, requiriendo incluso la intervención de un avión Canadair. Por su parte, la abogada defensora, Laura Crouzillac, describió a Tabaste como alguien con un “deseo devorador de darlo todo por el cuartel, hasta el punto de consumirse por él”. Durante el juicio, el de Corrèze pidió disculpas en numerosas ocasiones a “los bomberos, a las víctimas, a (su) familia”, “Nunca he oído hablar de ningún bombero herido en un incendio en Corrèze“, añadió.
El coronel Franck Tournié, director del Servicio Departamental de Bomberos y Salvamento de Corrèze, lamentó el “descrédito arrojado sobre la institución”, subrayando que hechos como este alimentan estigmas injustos. “La población consigue, por desgracia, generalizar con excepciones. Se oye decir que los bomberos son pirómanos... Todo lo contrario”, enfatizó Tournié.
Tras su acusación formal en abril de 2022, que incluyó un registro en su domicilio, en los locales de su empresa de obras públicas y en el cuartel, Tabaste fue suspendido de sus funciones. Había sido bombero voluntario durante casi cuarenta años.