El Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) es un instrumento legal español que permite a las empresas suspender o reducir temporalmente los contratos de trabajo de sus empleados. Esta medida, que ya existía en el Estatuto de los Trabajadores de 1980, ganó notoriedad durante la crisis del COVID-19 y se utiliza en circunstancias extraordinarias en las que la empresa enfrenta problemas económicos, técnicos, organizativos o situaciones de fuerza mayor, como en la actualidad, la catástrofe producida por la DANA. Este mecanismo ofrece una alternativa temporal que permite a las empresas aliviar su carga laboral sin recurrir a despidos permanentes.
El proceso de un ERTE comienza cuando la empresa notifica tanto a los trabajadores como a la autoridad laboral su intención de aplicarlo. Esta notificación debe incluir la apertura de un periodo de consultas con los representantes legales de los empleados o directamente con los trabajadores si no hay representantes. Durante dicho período, las partes deben negociar las condiciones del ERTE y buscar un acuerdo que beneficie a ambas partes. En caso de consenso, el período de consultas puede reemplazarse por un proceso de mediación o arbitraje.
Cuando el ERTE se justifica por causas de fuerza mayor -como sucedió durante la pandemia de COVID-19-, la autoridad laboral tiene un plazo de cinco días hábiles para resolver la solicitud, lo que agiliza el proceso. En situaciones motivadas por razones económicas, técnicas u organizativas, el plazo de resolución puede extenderse hasta siete días hábiles.
Además, no existe un limite de tiempo específico en el que se pueda estar de ERTE, sino que, su duración está vinculado a la superación de la situación que lo originó.
Cómo afecta el ERTE al paro
Una de las cuestiones más recurrentes entre las personas en situación de ERTE es cómo se consume el paro. Como explica el portal de empleo Indeed, según el tipo de ERTE, el paro se consume por días o por horas. En los ERTE de suspensión completa del contrato, que abarca todos los días de la semana, cada día en que se recibe la prestación equivale a un día consumido de paro.
Si la suspensión afecta solo a ciertos días laborables del mes, estos días se multiplican por un factor de 1,25. Esto significa que por cada día en ERTE, se consumen 1,25 días de prestación por desempleo. En el caso de los ERTE con reducción de jornada, el tiempo de prestación se consume en función de las horas y no de los días.
Cuánto se cobra estando en ERTE
La prestación por desempleo en casos de ERTE se calcula conforme a la base reguladora del trabajador. Esta base se obtiene promediando las bases de cotización por contingencias profesionales de los últimos 180 días trabajados previos al ERTE. La fórmula es: Base reguladora = (Suma de las bases de cotización de los últimos 180 días) / 180.
Sin embargo, el importe de la prestación no corresponde al 100% de la base reguladora, sino a un porcentaje que varía con el tiempo. Durante los primeros 180 días del ERTE, el trabajador recibe el 70% de su base reguladora. A partir del día 181, la prestación se reduce al 50% de dicha base.
Además, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) establece límites máximos y mínimos para las prestaciones por desempleo en ERTE, que dependen del número de hijos a cargo:
Cuantía máxima:
- Sin hijos: 1.089,09 euros mensuales
- Con un hijo: 1.254,86 euros mensuales
- Con dos o más hijos: 1.411,83 euros mensuales
Cuantía mínima:
- Sin hijos: 501,98 euros mensuales
- Con hijos: 671,40 euros mensuales