Cada año, miles de conductores transitan las carreteras españolas enfrentándose a condiciones de baja visibilidad que, sin lugar a dudas, incrementan los riesgos de sufrir accidentes. Las estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT) son claras: en 2023, un 35% de los fallecidos en siniestros viales perdieron la vida entre las 20:00 horas y las 7:00 de la mañana, horarios caracterizados por la escasez de luz natural. Este dato pone de manifiesto la estrecha relación que existe entre la visibilidad en carretera y la seguridad vial, subrayando la importancia de contar con un sistema de alumbrado y señalización en óptimas condiciones.
El impacto de la baja visibilidad se acentúa con el cambio al horario de invierno, cuando las horas de luz diurna se reducen y los fenómenos meteorológicos adversos, como la neblina, la lluvia o la nieve, complican aún más la circulación. En estas circunstancias, los vehículos que no disponen de sistemas de alumbrado eficaces aumentan significativamente el riesgo de accidentes.
El estado del alumbrado y la señalización en los vehículos se ha convertido en una preocupación notable en el ámbito de la seguridad vial. Según el Ministerio de Industria y Turismo, el 23% de los vehículos que acudieron a las estaciones de ITV en el último año y no superaron la inspección (algo más de 950.000) presentaban fallos en el sistema de alumbrado y señalización, convirtiéndose en la principal causa de suspenso. Este hecho es alarmante, ya que dichos fallos pueden tener consecuencias directas en la siniestralidad. Un sistema de alumbrado defectuoso impide a los conductores tanto ver como ser vistos, incrementando el peligro, especialmente en condiciones de baja visibilidad o en horas nocturnas.
El director gerente de la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), Guillermo Magaz, ha subrayado la importancia de este sistema de seguridad activa. “El sistema de alumbrado y señalización mejora las condiciones de visibilidad y permite establecer una comunicación con los demás usuarios de la vía, lo que es crucial para informar sobre las maniobras que se van a realizar”, ha explicado. De esta manera, un alumbrado en correcto estado no solo beneficia al conductor, sino que también protege a los demás vehículos y peatones, reduciendo significativamente los riesgos de colisión.
Pruebas de la ITV
La inspección técnica de vehículos incluye una serie de pruebas que aseguran el buen funcionamiento de los sistemas de los automóviles, entre ellos el alumbrado y la señalización. Estas pruebas tienen como objetivo garantizar la seguridad tanto del conductor como de otros usuarios de la vía. Para evaluar el sistema de alumbrado, se emplea un dispositivo llamado regloscopio, que permite verificar y ajustar la orientación de los faros.
El proceso comienza colocando el regloscopio frente al vehículo con las luces de cruce encendidas. El aparato, que tiene un espejo ajustable, captura el haz de luz y proyecta su orientación en una pantalla. Esto permite al inspector comprobar si las luces están alineadas conforme a la reglamentación. Además de las luces de cruce, se revisa el correcto funcionamiento de las luces de carretera, los intermitentes, las luces de emergencia, las antinieblas y otras como las luces de marcha atrás y las de circulación diurna.
Estas revisiones, aunque rápidas, son de gran importancia. Según un estudio realizado por Fesvial y Lumileds, en la próxima década, al menos 6.000 personas podrían perder la vida en siniestros relacionados con fallos en el sistema de alumbrado y señalización si no se toman las medidas preventivas adecuadas. Magaz enfatiza que mantener el sistema de alumbrado en buen estado es fundamental para reducir esta cifra y que realizar la ITV a tiempo puede ser una acción salvadora.