La jubilación en España está sujeta a una serie de requisitos específicos que determinan quién puede acceder a una pensión contributiva completa. Uno de los requisitos más conocidos es haber cotizado un mínimo de 15 años a lo largo de la vida laboral, la llamada “carencia genérica”. Sin embargo, para poder jubilarse, también es necesario haber cotizado al menos 2 años en los 15 anteriores al momento de la jubilación, conocido como “carencia específica”. Este segundo requisito puede representar un obstáculo insalvable para muchos trabajadores que, debido a circunstancias fuera de su control, no lograron cotizar en los últimos años de su carrera.
En estos casos, existe una herramienta jurídica poco conocida pero esencial: la doctrina del paréntesis. Este mecanismo permite a ciertos trabajadores cumplir con el requisito de la carencia específica sin que los años en los que no pudieron cotizar afecten su derecho a la jubilación. Esta doctrina supone una regla jurisprudencial que se aplica a aquellos trabajadores que, por razones ajenas a su voluntad, no han cotizado en los años previos a la jubilación. Estos motivos pueden incluir desempleo prolongado, problemas de salud graves, invalidez o incluso la privación de libertad.
La doctrina permite excluir del cómputo los periodos en los que no se cotizó, buscando los 2 años de cotización específicos en los 15 años previos al momento en que el trabajador dejó de estar obligado a cotizar, y no en los 15 años previos al momento de la jubilación. Este ajuste puede tener un impacto significativo en el cálculo de la pensión, ya que permite a los afectados cumplir con los requisitos para acceder a la jubilación y obtener una pensión más alta, eliminando los periodos de inactividad del cálculo de la base reguladora.
Casos en los que se aplica la doctrina
La aplicación de la doctrina del paréntesis está limitada a ciertos supuestos. Los casos más comunes incluyen:
- Desempleo prolongado: Trabajadores que han estado en paro de forma prolongada al final de su vida laboral y que han demostrado estar inscritos como demandantes de empleo, aunque no percibieran prestaciones.
- Problemas de salud: Trabajadores que han padecido enfermedades graves o crónicas que les impidieron cotizar durante periodos específicos.
- Invalidez: Personas que, debido a algún tipo de invalidez, no pudieron seguir cotizando.
- Privación de libertad: Trabajadores que estuvieron en prisión y no cotizaron durante el tiempo que duró su condena.
Es fundamental que los trabajadores que quieran acogerse a esta doctrina acrediten de manera fehaciente su imposibilidad de cotizar durante esos periodos. Por ejemplo, en el caso de desempleo, deben demostrar que estuvieron inscritos en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). La inscripción ininterrumpida como demandante de empleo es un requisito clave, y cualquier interrupción significativa podría impedir la aplicación de la doctrina.
La doctrina del paréntesis no modifica la base reguladora, que se calcula según los periodos estipulados por la ley. Tampoco elimina las lagunas de cotización, que deben integrarse conforme a las normas de integración de lagunas vigentes. Además, es importante señalar que la aplicación de esta doctrina requiere que el trabajador mantenga una inscripción ininterrumpida como demandante de empleo. Aunque existen casos excepcionales donde ciertas interrupciones pueden ser justificadas, como una grave enfermedad, la jurisprudencia ha establecido límites claros sobre la continuidad necesaria para la aplicación de esta herramienta.