La salida de Leire Martínez de La Oreja de Van Gogh ha sido de todo menos grata. La cantante, que ha sido vocalista del grupo durante más de 16 años, veía como la banda emitía un comunicado en redes sociales en el que transmitía a sus fans que, tras varias discrepancias en el grupo, habían decidido que no continuara más con ellos. Desde entonces, los rumores sobre los motivos de esta disputa han sido múltiples y muchos medios afirmaron que se debía a un concierto en el que querían que participara Amaia Montero; sin embargo, la de Irún lo desmintió más tarde.
Toda esta polémica no ha sido nada fácil para Leire Martínez, quien se ha abierto en canal en Me quedo conmigo, un programa de Mediaset presentado por Andrea Vicente donde los famosos se enfrentan a los traumas que han marcado su vida. Junto con la psicóloga, intentan aprender a tratar estas experiencias para poder seguir adelante con sus metas. Y, en esta ocasión, la artista se ha sincerado sobre los momentos más dolorosos de su vida, que se sitúan, sobre todo, en su infancia, donde ocurrió la separación de sus padres.
“No recuerdo que se me explicara, no entendía los motivos del divorcio”, comienza revelando a Vicente. Según confiesa, sus recuerdos de la infancia son muy solitarios: “Me he cuidado sola. Ha habido momentos en los que no se han sentido apoyados y me lo han echado en cara, para mí ha sido muy duro”. Martínez ha admitido que tuvo que abandonar la casa de su padre con “17 o 18 años”, y desde entonces, la relación con él ha sido muy escasa: “La gente de mi alrededor me decía que no podía seguir en esa situación. Empecé a perder mucho peso, a entrar en depresión, y la gente de mi alrededor lo veía”.
Y ha continuado explicando cómo llegó a ser la dinámica en el hogar: “Adopté un rol con mi padre de mamá, de cuidadora, cuando no me correspondía. Crecí con la sensación de que mi padre era una persona débil a la que había que proteger”. No obstante, la situación llegó al punto en el que tuvo que huir y buscar ayuda en los Servicios Sociales, quienes la decepcionaron una vez más: “Yo era quien todavía no ponía nombre a eso que me estaba pasando, y una de las cosas que no hice fue ir al psicólogo, sino ir a Servicios Sociales para ver si me podían ayudar de alguna manera”.
“Ese fue el comienzo de mi curación”
Con lágrimas en los ojos, la artista admite que la respuesta por parte del organismo fue negativa: “La asistenta me dijo que no tenía signos suficientes de sufrimiento o de pasarlo mal. Entonces yo pensé: ‘¿Y ahora quién me ayuda?’”. La salvación la encontró a solo unos metros de su casa, cuando una pareja de vecinos la acogió porque necesitaban ayuda en el hogar. Y, mientras se seca las lágrimas, revela: “Ese fue el comienzo de mi curación. Estoy tan agradecida. Han sido claves en mi vida. Nunca les pedí nada y me lo dieron todo, era una más de la familia”.
No obstante, casi 20 años después de ese episodio, Martínez confiesa que ha aprendido a perdonar a quienes le hicieron daño en el pasado. Finalmente, el episodio acaba con un adelanto de la próxima entrega, donde la cantante habla de su salida del grupo: “Amaia (Montero) no tiene nada que ver en lo que haya ocurrido de puertas para adentro en este grupo, que la dejen tranquila”. Y aclara: “Si hablo se van a generar muchas cosas feas”.