Una enfermera valenciana explica qué hay que hacer con las heridas producidas en la DANA

Ya ha pasado una semana desde que el temporal golpease a la Comunidad Valenciana y los vecinos continúan conviviendo con los efectos. Los destrozos materiales afectan, al menos, a 54.312 hectáreas de territorio, donde habitan personas que han perdido su coche, su casa, sus negocios y, en los peores casos, a sus seres queridos. Tras las lluvias, queda el agua estancada y el barro, que llena las calles de los pueblos afectados. En las labores de limpieza colaboran además muchos voluntarios, que no siempre cuentan con los equipos de protección adecuados.

Por ello, el Ministerio de Sanidad ha puesto el foco en el reto en salud que puede provocar la DANA. Según informó el martes el director de Salud Pública, Pedro Gullón, existe un riesgo de transmisión de enfermedades a través del agua, principalmente de carácter digestivo. Asimismo, las tareas de limpieza “pueden provocar la aparición de heridas que pueden llegar a infectarse”, señaló Gullón en una comparecencia de prensa.

Tratar estas heridas es crucial para evitar complicaciones de salud, pero no todo el mundo sabe cómo actuar. Por ello, la enfermera Sara López ha compartido en la red social TikTok (@sarusqui01) información clave al respecto. “La administración de primeros auxilios de forma rápida y eficaz es muy, pero que muy importante”, ha insistido en su vídeo.

Según la enfermera, si nos hemos hecho una herida en las labores de limpieza de la DANA, lo primero y principal es lavar la herida “con abundante agua y jabón”. “Evita el contacto de esa herida con las aguas procedentes de inundaciones y las aguas procedentes del alcantarillado”, insiste, ya que “en todas esas aguas estancadas en la superficie hay una gran proliferación de bacterias”.

Una vez limpia, “es importante cubrirlas con gasas, con vendas, con lo que sea que tengáis por casa”, explica López, aunque si se puede elegir, recomienda utilizar apósitos. “Id en busca de algo que tengáis por casa, que tengan familiares, vecinos cerca, en centros de salud, en puntos de ayuda para evitar que esa herida se llegue a mojar, porque de ese modo podrían proliferar las infecciones”, pide la sanitaria.

Eso sí, todo esto debe hacerse con las manos limpias. “Intenta evitar tocar la herida con los propios dedos, aún estando limpios. Si podemos utilizar guantes desechables, mejor que mejor. Si no, aseguraos de que las manos estén perfectamente limpias”, insiste. Además, es clave retirar “la ropa y los accesorios que estén cercanos a la lesión”, añade.

En caso de que haya hemorragia, explica Sara López, “es importante hacer algún tipo de medida de compresión, algún tipo de tornoquete con gasas, con vendas... Tenemos que entender que no todo el mundo tiene gasas estériles en su casa. Así que cualquier cosa que veas que puede estar limpia, que puede estar bien en condiciones insalubres adecuadas, la vamos a utilizar para presionar la herida y evitar la hemorragia”.

Tras aplicar presión y conseguir que la herida deje de sangrar, “es fundamental limpiarla bien”, asegurándonos siempre de “que no haya objetos clavados o suciedad en el lecho de la herida, es decir, en la aberturade la piel”. Habrá que mojar la herida con agua limpia o, si se puede, con solución salina (suero) “para que sirva como un medio de arrastre para la suciedad que se encuentre en el aire”, aclara.

“Una vez hecho el arrastre, limpiaremos con agua y con jabón y secaremos a toquecitos. La cubriremos con un paño, con una gasa, sin ejercer presión, simplemente para que cubra. La pegaremos con cinta adhesiva, la pegaremos con esparadrapo, con lo que sea que tengamos en casa para que no se caiga y que la herida siempre se mantenga tapada y que esa gasa sirva como medio barrera entre tu herida y el exterior”, cuenta la enfermera.

Pese a nuestros cuidados, es posible que en un ambiente tan complejo la herida se llegue a infectar. “La herida se inflama, empieza cons ecreciones purulentas, sale pus, [sientes] muchísimo dolor, muchísimo enrojecimiento”, señala la enfermera como signos de infección grave, entre los que incluye también “palpitaciones, fiebre, sudoración, dificultad para respirar, mareo”. En esos casos, “es importantísimo que acudamos a centros de atención sanitaria”.

Ahora bien, es “fundamental no cubrir las heridas que creas que están infectadas, que creas que hayan sido producidas por una mordedura de un animal, por un objeto punzante, sucio, por cualquier objeto con restos...”, pide López. Por último, aconseja revisar la herida de forma periódica, “cada 24 horas o cada 12 horas, dependiendo de tus necesidades” y tomar analgésicos en caso de que haya un dolor intenso. “Es fundmental buscar ayuda médica lo más pronto posible dentro de nuestras posibilidades”, concluye.