Un nuevo documental ha inmortalizado la historia de Molly, una cría de nutria huérfana que se convirtió en parte de la familia de Billy y Susan Mail. Se conocieron el 3 de marzo de 2021, cuando Billy encontró a la entonces escuálida nutria cerca de su casa en Shetland. Tal y como ha recogido la BBC, el hombre, que había perdido recientemente a sus padres, encontró en el cuidado de Molly “la alegría que había perdido”.
Todo empezó cuando Billy, intrigado porque se encontró a la cría cerca de su hogar, decidió acercarse. “Me picó la curiosidad y decidí acercarme”, explicó Billy al medio inglés. Él notó que el animal no tenía miedo de que se acercara, y además supuso que Molly era huérfana porque una nutria hembra había sido encontrada muerta recientemente en la zona. En ese momento, Molly estaba muy delgada, pero “no estaba enferma, solo tenía hambre”, lo que llevó a Billy a tomar la decisión de ayudarla con el visto bueno de su esposa, Susan.
La relación entre Molly y la familia Mail fue un “soplo de aire fresco”, según Billy, en medio de un periodo difícil de duelo por la pérdida de los padres de Billy y el impacto de la pandemia del coronavirus. La llegada de Molly les ofreció distracción y alegría. Susan, aunque al principio tuvo miedo al no haber interactuado antes con un animal salvaje, terminó por comprender que “no era agresiva en absoluto”.
Pero tener a Molly en la familia no fue siempre un camino de rosas. La familia también ha contado cómo Susan se sorprendió al encontrar un paquete dirigido a su esposo con bolas de plástico: “Pensé que no podía ser, que no se las había comprado”. Sin embargo, esas pelotas eran para hacerle una pequeña piscina a Molly, en un intento de simular su tiempo de juego natural.
La historia de Molly llegó a la gran pantalla
Al tiempo, la historia llegó a oídos del cineasta Charlie Hamilton-James, quien propuso llevar la singular amistad al cine. A pesar de sus iniciales reticencias, Billy y Susan aceptaron, y Billy y Molly: Una historia de amor entre nutrias se estrenó en marzo de 2024 en el festival Southwest de Texas. Susan reconoció que ver el documental terminado “la hizo llorar”, aunque su familia dice que tiene “el corazón de piedra”.
La película, que ha ganado un premio en el Festival Wildscreen de Brístol, documenta además la transición de Molly de un animal doméstico a una nutria salvaje. Susan destacó cómo Billy supo cuándo “era el momento adecuado para dejarla marchar”, y, poco a poco, Molly dejó de ser una visitante frecuente. Al final, regresó después del invierno, y esta vez embarazada.
Para Billy y Susan, la experiencia de Molly fue un ciclo de vida completo que les enseñó lecciones valiosas sobre la naturaleza y la vida. “Lo único que Molly me enseñó fue compasión”, relató Susan. Mientras que para Billy, ver el círculo completarse y “formar parte de él fue increíble y gratificante”, concluyó.
Con el tiempo, los lazos formados durante este inesperado encuentro han dejado una marca imborrable en los Mail, mientras que Molly sigue visitando su jardín con su propia cría. La historia se ha convertido en un símbolo de resiliencia y conexión con el mundo natural.