El paso de los reyes Felipe VI y Letizia por Paiporta ha marcado un antes y un después la historia de la monarquía española. Los royals españoles jamás imaginaron que en su visita a una de las zonas de Valencia más afectadas por la DANA protagonizarían un episodio de gran tensión. El pasado 3 de noviembre, cinco días después de la catástrofe natural, los monarcas se trasladaron a la zona para conocer de primera mano la situación y mostrar su apoyo a los afectados por el fenómeno meteorológico.
A su llegada, se encontraron con un pueblo enfadado, frustrado, lleno de desconsuelo e incertidumbre, que no dudó en hacerles reproches, insultarles e, incluso, lanzarles barro, piedras y huevos. “Es que tienen razón, yo los entiendo”, afirmó la esposa del rey, mientras rompía en llanto al escuchar las quejas y las duras historias de los afectados.
Ante la crispación que estaban enfrentando, el equipo de seguridad recomendó a los monarcas poner fin a su paso, pero estos se negaron a cancelar la visita. Un gesto que ha dado la vuelta al mundo y que ha logrado aunar todo tipo de opiniones. Sin embargo, hay detalles hasta ahora desconocidos de cómo se gestó la visita de los reyes a Paiporta.
La posible asistencia de Leonor
La periodista Pilar Eyre desvela este miércoles, 6 de noviembre, en Lecturas datos inéditos de este episodio. Conscientes de la gravedad de la situación, Casa Real no quería ocasionar molestias en Paiporta, ni mucho menos paralizar las labores que se encontraban realizando los ciudadanos. Es por ello que la visita de los reyes a la zona se postergó en varias ocasiones. Sin embargo, tampoco querían que fuese demasiado tarde, para no parecer insensibles. Tanto es así que, incluso, se planteó la posibilidad de que la princesa Leonor estuviese presente.
“Se estudió si debiera ir Leonor con sus compañeros para realizar tareas de limpieza”, afirma Eyre en la revista del corazón. Tras darle varias vueltas, Casa Real desestimó esta posibilidad al considerar que “la seguridad que requería la heredera de la corona no era compatible con la eficacia en el trabajo”.
La experta en Casas Reales incluso va más allá y explica que la Corona era consciente de que “los ánimos estaban caldeados”, por lo que también tomaron precauciones en ese sentido. Así, “no se avisó la hora exacta de la visita, no se convocó a los medios y se comunicó que solo Casa Real haría fotos, que luego se compartirían”, sostiene la comunicadora.
“Cuando se reunieron en el puesto de mando, en una gasolinera a la entrada de Paiporta, ya se avisó que habría movilizaciones contra la visita. Que quizás era mejor cancelarla. Pero los reyes dijeron que ni pensarlo, que eso se vería como cobardía”, continúa detallando Eyre, quien añade que “tampoco pensaban que fueran en contra de ellos, sino más bien contra el presidente del Gobierno y el de la Generalitat”. Sea como fuese, lo cierto es que el hecho de que Felipe y Letizia se hayan quedado a escuchar al pueblo valenciano, logró aplacar los ánimos. La actitud conciliadora de los reyes fue tal que cuando el monarca se iba, “desde el coche pidió perdón con gestos, no se sabe si por tener que irse o por cómo se habían desarrollado las cosas”.