La industria aérea enfrenta una crisis profunda, marcada por el cierre de más de diez aerolíneas en los últimos dos años. Solo en 2023, nueve aerolíneas cesaron operaciones y en 2024 ya son cuatro las que han declarado quiebra, como la egipcia flyEgypt y la maltesa Air Malta. Aunque cada compañía presenta factores propios, el sector aéreo en su conjunto atraviesa un periodo de inestabilidad derivado de múltiples factores que se han venido acumulando desde la pandemia de Covid-19. A continuación, analizamos los motivos principales de esta crisis, que han dejado a millones de pasajeros con vuelos cancelados y ha puesto en riesgo miles de empleos.
El sector aéreo fue uno de los más damnificados por la pandemia, lo que provocó una drástica reducción en los vuelos comerciales a nivel global, resultando en pérdidas millonarias para las aerolíneas. Durante meses, muchas compañías apenas lograron mantener vuelos nacionales o esenciales, mientras sus ingresos caían estrepitosamente. Aunque los viajes han comenzado a recuperarse, las aerolíneas aún no logran alcanzar los niveles de rentabilidad previos a 2020. En 2023, aerolíneas como Aeromar en México y Flybe en Reino Unido declararon su segunda quiebra en tres años, principalmente por el debilitamiento del flujo de caja y la imposibilidad de sostener su flota con la demanda reducida.
Aumento de los costes operativos
Los costes operativos, desde el precio de los combustibles hasta el mantenimiento y arrendamiento de aeronaves, se dispararon en los últimos años, afectando especialmente a las aerolíneas de bajo coste y a las firmas regionales. Muchas de estas aerolíneas dependen en gran medida de aeronaves alquiladas, cuyos contratos se han vuelto más estrictos y costosos. En el caso de Niceair en Islandia, la pérdida de acceso a su única aeronave por problemas de arrendamiento provocó su quiebra en 2023, dejando a la compañía sin ingresos y con una estructura financiera insostenible.
Las deudas acumuladas durante los años de pandemia y la lenta recuperación han agravado la falta de liquidez en muchas aerolíneas. Este problema ha afectado a UltraAir y VivaAir en Colombia, que intentaron sobrevivir en un mercado con gastos elevados y una competencia feroz, lo que las dejó en una situación de insolvencia cuando los acreedores y arrendadores exigieron pagos inmediatos. El caso de flyEgypt es similar; la aerolínea quedó en un limbo legal después de que las autoridades egipcias bloquearan su declaración de quiebra, exigiendo la liquidación de sus deudas colosales con operadores turísticos y otros proveedores.
La rápida expansión de algunas aerolíneas también ha sido un factor de riesgo. En Noruega, Flyr intentó ampliar su flota y rutas de manera acelerada tras la pandemia, sin prever el impacto de las restricciones pandémicas continuas y la baja rentabilidad de sus operaciones. Esta falta de previsión y de planificación financiera llevó a Flyr a la quiebra en 2023, con una flota de seis Boeing 737-800 y seis 737 MAX que la compañía no pudo mantener ni utilizar de forma rentable.
Dependencia de fusiones o adquisiciones inestables
Las fusiones y adquisiciones han sido una estrategia común para enfrentar la crisis, pero no siempre han resultado exitosas. La aerolínea colombiana VivaAir inició un proceso de fusión con Avianca, pero la burocracia y los retrasos llevaron a un estancamiento financiero que terminó en su quiebra. Esta dependencia de terceros para obtener financiación o estabilidad operativa es una apuesta arriesgada que no siempre proporciona los resultados esperados, especialmente en un sector tan vulnerable a cambios económicos repentinos.
La alta competencia en el mercado de bajo coste ha intensificado las dificultades para muchas aerolíneas. La presión por mantener tarifas bajas y captar más pasajeros ha afectado la capacidad de generar márgenes suficientes para enfrentar imprevistos. Esta situación es particularmente desafiante en países con economías en desarrollo, donde los viajeros buscan alternativas más asequibles y las aerolíneas compiten por captar una cuota de mercado limitada. Las aerolíneas de bajo coste han sido las más afectadas en estos últimos dos años, viéndose obligadas a reducir flota o directamente suspender operaciones.