Los vecinos afectados por la DANA en las “zonas aisladas” de Valencia piden ayuda “desesperadamente”: “No están enviando a nadie”

‘Infobae España’ entrevista a varias personas que explican que sus localidades “resisten gracias a la solidaridad vecina y obrera” y reclaman ayuda de “maquinarias y profesionales”

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Las calles de Catarroja siguen inundadas de lodo. (Helena Margarit Cortadellas)
Las calles de Catarroja siguen inundadas de lodo. (Helena Margarit Cortadellas)

La Comunidad Valenciana enfrenta su cuarto día tras las consecuencias de la DANA que ha dejado ya más de 200 personas fallecidas y cientos de desaparecidos. Las redes sociales se han convertido en un centro de peticiones de auxilio, especialmente en las zonas afectadas a las que los equipos de rescate y maquinaria está tardando en llegar o donde su presencia es aún muy escasa. El miércoles, al día siguiente de la DANA, el Gobierno de Carlos Mazón rechazó la ayuda del Grup d’Actuacions Especials (GRAE) de Cataluña, cuerpo de Bomberos de la Generalitat especializado en salvamentos y rescates, y no fue hasta el jueves cuando solicitó ayuda del Ejército del Ministerio de Defensa. Finalmente, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha anunciado este sábado que enviará 5.000 efectivos más del Ejército y 10.000 policías y guardias civiles para las tareas de emergencia.

Para muchos, es tarde. Habitantes de pueblos como Aldaia, Alaquàs, Calicanto, Albal o Catarroja, entre otros, reclaman que se sienten abandonados y que son los propios vecinos los que se ayudan entre ellos. “No estamos saliendo en los medios de comunicación. Resistimos gracias a la solidaridad vecina y obrera”, menciona en X Raven, una joven de 21 años procedente de Alaquàs, una de las zonas afectadas por la DANA, a menos de 10 kilómetros de Valencia. “En los pueblos pequeños de alrededor necesitamos ayuda desesperadamente. Está todo lleno de fango, electrodomésticos, coches... Muchas casas siguen sin agua, necesitamos alimentos, ropa, materiales de limpieza... Pero sobre todo que vengan maquinarias y profesionales desde fuera, no están enviando a nadie”, añade en declaraciones a Infobae España.

El motivo por el que algunos pueblos como el suyo no están recibiendo ayuda, según cuenta, es porque “las carreteras están cortadas, estamos muy aislados”. “Abren algunas carreteras en horarios muy específicos y luego las cierran”, menciona. “El padre de mi amiga, por ejemplo, aprovechó ese horario para ir a una cita médica en el hospital general y cuando quiso volver habían cortado las calles, se quedó horas allí sin poder volver”, añade. Además de su pueblo, que tiene cerca de 30.000 habitantes, también está ayudando en Aldaia, una localidad vecina con un par de miles de habitantes más, y solo separada de la suya por unas vías del tren.

También en Aldaia, Lia, de 25 años, natal de Galicia pero residente en la localidad, cuenta a Infobae España que lleva desde el jueves 31 pidiendo en redes sociales ayuda de “los servicios de Emergencia”. Según cuenta, ni la UME (Unidad Militar de Emergencias) ni dichos servicios llegaron hasta el jueves a mediodía, y fueron “muy pocos”. Para este sábado, explica que ha visto bomberos y “solo un camión de la UME”. “Solo hemos visto ayuda de la gente. Está viniendo muchísima gente de Valencia”, dice. “Yo a mi casa, por ejemplo, no puedo ir porque no tenemos ni luz, ni agua, ni absolutamente nada de cobertura. No nos hemos podido duchar, ni cocinar, ni nada”, añade.

Imagen de Aldaia tras el paso de la DANA. (@ravengothlesb/X)
Imagen de Aldaia tras el paso de la DANA. (@ravengothlesb/X)

Lo mismo ocurre en Albal, otra localidad situada a 10 kilómetros de la capital. “Muchos de los voluntarios se quedan en los primeros pueblos, pero por aquí también se necesita la misma ayuda, sobre todo para limpiar”, cuenta a este medio Alba, de 18 años. La joven reclama que, ante el colapso de las carreteras, lo que más falta hace en la zona es “ayuda para quitar todo el fango y los obstáculos”. Explica que la UME llegó a la localidad entre tres y cuatro días después y que los militares lo hicieron por primera vez este viernes en la localidad de Catarroja, después de que Mazón solicitara ayuda al Ministerio de Defensa que dirige Margarita Robles.

Aún hay coches incrustados en paredes y en bajos afectando a la estructura de los edificios, impidiendo el paso de las personas para salir de ellos, y también garajes llenos de agua que pueden afectar al edificio”, explica. “Aún no se han limpiado garajes inundados y te aseguro que hay muchísimos fallecidos más de los que se habla. Durante la riada, se veía a la gente flotar, no quiero imaginar la de gente que habrá en dichos garajes”. Alba también agradece a todos los voluntarios que se están acercando a ayudar. “Si no fuera por el pueblo, habríamos estado abandonados mucho tiempo y no quiero ni pensar qué habría pasado”, dice, en contra de lo difundido por las autoridades el viernes, que advertían de “colapso” por un supuesto exceso de gente tratando de ayudar.

El día después de la dana más devastadora del siglo.

La polémica por los voluntarios

Este sábado por la mañana, miles de voluntarios se han congregado en el centro de coordinación de la Generalitat Valenciana en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, con el objetivo de colaborar en la asistencia a las zonas afectadas. No obstante, las críticas por la falta de organización no han tardado en llegar. Desde las primeras horas, usuarios en redes sociales denunciaron el caos logístico, mencionando que un autobús, inicialmente destinado al municipio de Chiva, fue redirigido hacia el centro comercial Bonaire para tareas de limpieza, ante lo cual varios voluntarios se negaron a pararse en este destino.

Un usuario en la red social X, identificado como @CondeDookuOli, comentó que los autobuses llegaron al centro de coordinación a las 6:30, aunque su vehículo no partió hasta las 7:30, supuestamente hacia Chiva. Sin embargo, afirmó que “cambiaron el destino” llevándolos al supermercado Bonaire, donde permanecieron “sin hacer nada”. La vicepresidenta del Consell, Susana Camarero, explicó que el centro comercial Bonaire actúa como punto de encuentro desde donde Protección Civil organiza la distribución de los voluntarios hacia las áreas necesitadas.

Por su parte, Joan Guanter, secretario general de la formación valencianista Jóvenes del País Valencià, publicó en X su experiencia desde Chiva, describiendo cómo decenas de voluntarios permanecían inactivos en la localidad. Según Guanter, la Guardia Civil desconocía la llegada de los voluntarios, aunque finalmente fueron enviados a la zona unos 15 autobuses con aproximadamente 750 personas. Guanter agregó que partieron de Valencia alrededor de las 10:00 y que, a las 11:30, aún no habían podido iniciar ninguna tarea en Chiva.

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