Halloween no da miedo porque es ficción, pero el terror de verdad llega cuando la ficción se hace realidad. Un joven de 21 años ha aparecido muerto en la madrugada del 31 de octubre al 1 de noviembre en el aparcamiento de la discoteca Mille Club de Bernolsheim, una localidad francesa situada en la zona industrial de Brumath. Allí se celebraba la fiesta llamada Autopsia como celebración del de Todos los Santos. El escenario era de película de terror: en la plaza había coches destrozados, sábanas enrojecidas, botellas de sangre falsa, un ataúd... todo un decorado ideal para estremecer a los clientes. Pero a las cinco de la madrugada han tenido que acudir los bomberos para rescatar a un herido por una puñalada en el pecho.
No se pudo hacer nada por él. El chico, procedente de Ostwald, al sur de Estrasburgo, sucumbió a sus heridas y cuando llegó el médico lo declaró muerto, según ha avanzado el medio francés Dernières Nouvelles d’Alsace. Al lugar de los hechos acudieron técnicos de identificación criminal de la gendarmería. Una vez finalizado su trabajo, los agentes pudieron levantar los cuerpos a primera hora de la mañana.
A primera hora de la mañana, cuando la fiesta terminaba y los clientes vaciaban el local, al lado de un coche se apreciaron restos de sangre que parecía real. No formaban parte del decorado. Pero no se sabe quién fue el autor del asesinato y por el momento nadie ha sido detenido. La fiscalía de Estrasburgo ha abierto una investigación.
Para el alcalde de Bernolsheim, Jean-Marie Dierse, el Mille Club, antes llamado Komplex o Cube, no plantea “particularmente un problema”. En cualquier caso “no más que otra” discoteca. “Últimamente, no hemos tenido ningún problema particular. Teníamos la impresión de que “el director de esta gran discoteca de 1.500 m²” había puesto los medios necesarios para garantizar la seguridad en el interior. Pero esto pasó en el estacionamiento...”, ha afirmado en declaraciones recogidas por el medio francés.
Segundo asesinato dramático este mes en Francia
Un adolescente de 15 años fue brutalmente asesinado en Marsella, al sureste de Francia, en un incidente vinculado al tráfico de drogas, según informó la fiscalía local. El joven fue apuñalado 50 veces y posteriormente quemado vivo, un acto que el fiscal de Marsella, Nicolas Besson, describió como de un “salvajismo sin precedentes”. Este trágico suceso ocurrió a principios de octubre y generó conmoción nacional.
Marsella, conocida por ser la segunda ciudad más grande de Francia, enfrenta serios problemas de violencia relacionados con el narcotráfico. La ciudad ha sido escenario de una guerra territorial entre clanes que buscan controlar el lucrativo mercado de drogas. En este contexto, las víctimas y los perpetradores de estos crímenes son cada vez más jóvenes, según destacó Bessone.
El adolescente asesinado había sido reclutado a través de redes sociales por un preso de 23 años, quien le ofreció 2.000 euros para intimidar a un competidor incendiando su puerta. Sin embargo, el joven fue descubierto por miembros de una banda rival, quienes lo atacaron violentamente antes de prenderle fuego. Tras este asesinato, el mismo preso contrató a un joven de 14 años para vengar la muerte del adolescente, según explicó el fiscal.
Este caso pone de manifiesto la creciente implicación de menores en actividades delictivas relacionadas con el narcotráfico en Marsella, una problemática que preocupa a las autoridades locales. La ciudad, además de lidiar con la pobreza, enfrenta el desafío de combatir la violencia y el crimen organizado que afecta a sus comunidades.