Buscar sitio se ha convertido en una tarea imposible, sobre todo en las grandes ciudades. Puede ser de las tareas más odiadas de los conductores, por eso, cuando se lleva mucho tiempo buscando uno y por fin lo encuentran, no dudan en intentar aparcar el vehículo cueste lo cueste. No obstante, conviene revisar que se ha dejado todo correctamente antes de salir del coche.
Un extraño suceso ha sucedido el martes por la tarde en Brunnen (Alemania), donde una mujer ha sido atropellada por su propio coche en el cantón de Schwyz, a orillas del lago de Lucerna, según ha informado Lematin.
Los hechos han ocurrido alrededor de las 19:00 horas, donde la conductora, de 40 años de edad, ha aparcado su coche en una calle en cuesta. Al parecer el vehículo empezó a moverse y descender por la carretera, alcanzando a su dueña. “La mujer fue atropellada, se quedó debajo de su coche y fue arrastrada unos metros”, ha explicado la policía cantonal de Schwyz el pasado miércoles.
La mujer resultó gravemente herida y los servicios de primeros auxilios que se acercaron al lugar la tuvieron que evacuar rápidamente al hospital. Los agentes han anunciado que han abierto una investigación para determinar las causas exactas de este accidente.
Aparcar el coche en pendiente
Sin duda puede ser una de las maniobras más difíciles a la hora de estacionar el vehículo. Pero, cuando se lleva mucho tiempo buscando sitio, no se puede desaprovechar la oportunidad de poder aparcar, por mucho que la calle esté en cuesta.
Supongamos que encontramos un hueco libre cuesta abajo. Aparcar en batería o en diagonal sería bastante sencillo, sólo debemos girar el volante y meter el coche. Freno de mano y apagar el motor. Si por algún casual el freno de mano se rompiera, el vehículo caería hasta dar con el bordillo, según ha comentado Autocasión.
Aquí la dificultad reside en aparcar “en paralelo”. Situamos el coche dispuestos a aparcar, pisamos el freno y ponemos la marcha atrás. Poco a poco soltamos el embrague, haciendo el juego de pies y ajustamos la maniobra para aparcar el vehículo. Una vez aparcado, hay que poner el freno de mano. Para asegurarnos de que el coche no vaya a caer por la pendiente podemos dejar puesta la marcha atrás. Podemos estar tranquilos, ya que la caja de cambios no se verá perjudicada.
Ahora, imaginemos que nos disponemos a aparcar cuesta arriba. Esta suele ser una maniobra más fácil, pero de todos modos hay que prestar atención. Cuando tengamos el sitio y nos dispongamos para aparcar, no vale “dejar caer el vehículo”, hay que poner la marcha atrás, principalmente para avisar a los demás conductores. Una vez metido el coche, jugaremos con la primera marcha y la marcha atrás para ajustar el vehículo al sitio del parking.
Hay que tener especial cuidado a la hora de poner la primera marcha, donde el coche puede seguir la pendiente cuesta abajo, es importante pisar el freno mientras se cambia de marcha. Además, también hay que prestar atención a la hora de hacer el juego de pies para acelerar, ya que podemos dar al coche de delante. Una vez aparcado pondremos el freno de mano y la primera marcha para mayor sujeción del vehículo.